Comparsa de la Cámara de Comercio del Chocó/ fotos: Prensa CCCH
La violencia que azota a Quibdó no debe ser motivo para apagar el espíritu de San Pacho, la alegría de las festividades, que cada año se celebran entre el 20 de septiembre y el 5 de octubre, es el bálsamo que la población necesita para sobrellevar las dificultades, durante estos quince días de colorido, música y tradición, los habitantes de Quibdó encuentran un respiro de la brutal realidad que enfrentan día a día, celebrando con orgullo su herencia cultural y reafirmando su identidad como pueblo afrocolombiano.
Por Jhon Díaz Cañadas
A pesar de los 122 asesinatos reportados en Quibdó durante 2024, las autoridades no pueden declinar en su lucha contra las bandas criminales que azotan la capital chocoana, esta violencia persistente, producto del accionar de grupos armados y criminales, ha sumido a la población en un constante estado de miedo y zozobra, sin embargo, en medio de esta oscuridad, existe un rayo de luz que cada año ilumina los corazones de los habitantes del Chocó: las Fiestas de San Pacho.
Quienes señalan al alcalde de Quibdó, Teddy Bolaños, por promocionar la alegría de las festividades, ignoran el profundo significado que tienen para la comunidad chocoana.
Declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2012, las Fiestas de San Pacho son más que una simple celebración, son una manifestación ancestral de resistencia cultural que ha perdurado durante generaciones, y no deben ser vistas como una distracción frente a los problemas de seguridad que enfrenta la ciudad, al contrario, esta tradición es un símbolo de la vida que los violentos no pueden extinguir.
La violencia que azota a Quibdó no debe ser motivo para apagar el espíritu de San Pacho, la alegría de las festividades, que cada año se celebran entre el 20 de septiembre y el 5 de octubre, es el bálsamo que la población necesita para sobrellevar las dificultades, durante estos quince días de colorido, música y tradición, los habitantes de Quibdó encuentran un respiro de la brutal realidad que enfrentan día a día, celebrando con orgullo su herencia cultural y reafirmando su identidad como pueblo afrocolombiano.
Lejos de ser una excusa para dejar de lado los problemas de seguridad, las Fiestas de San Pacho deben ser defendidas y fortalecidas por las autoridades y la ciudadanía, mientras las fuerzas del orden continúan la ardua labor de combatir a los grupos criminales que buscan imponerse por la fuerza, el pueblo tiene el derecho de celebrar su cultura en paz; Esta celebración es una forma de resistencia pacífica, un recordatorio de que, a pesar de los conflictos, la vida sigue y la cultura permanece.
¡Que viva San Pacho!, porque en esos quince días de júbilo y tradición, Quibdó demuestra que, aunque la violencia intente oscurecer su futuro, siempre habrá espacio para la esperanza, de una Paz que más temprano que tarde llegará.
Duele no estar allá en el bunde.
Fotos / Edwin Panesso
Colectivo Audiovisual EnFoco Films
No Comentario