Los abuelitos, abuelitas y resto del personal del Ancianato de Quibdó, recordaron sus pasos por la niñez, cantando villancicos con un grupo de cámara de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia/ Foto: Antonio Sánchez

En cumplimiento de la misión social de la Orquesta, los sonidos del PaZcífico llegaron hasta el Ancianato de Quibdó, a la Cárcel Anayanci y a los hospitales Ismael Roldán y San Francisco de Asís, sitios que nunca antes habían visitado los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, en su versión Concierto PaZcífico Sinfónico, complementada por algunas de las más reconocidas voces de la región, el 20 de diciembre en Quibdó, representó para un menor de edad, que apenas está empezando a caminar con seguridad en sus pasos, su primera rumba nocturna.

Por José Lorenzo Bejarano Pinilla 

«¿Qué es eso abuelita»? Preguntó el inquieto chico, mientras movía sus piernas hacia los lados en alternancia. La respuesta corrió por cuenta de la mamá»: es la Orquesta Nacional Sinfónica de Colombia, interpretando nuestra música, la de nuestra región Pacífico». Y esas palabras, para él, fueron como la orden: «entonces ¡A bailar!».

Es altamente probable que ese momento se haya fijado para siempre en su cerebro.

Él se mostró inmerso en su rol, para dar la talla a sus dos parejas iniciales y dos sobrevinientes que se sorprendieron, primero, y se animaron, luego, al ver la entrega y el esmero que mostraba en cada uno de sus pasos. Ellas, experimentadas en el formato chirimía y en varios ritmos de la música popular. El otro parejo del grupo, Yáfran Palacios Parra, un estudiante universitario en vacaciones, optó por un bajo perfil que no distrajera la atención que había ganado su sobrino.

Aryit Samuel Asprilla Mosquera, 3 años, natural Quibdó, estiró piernas hacia el frente, adelante y los dos costados, durante todo el concierto. Al final, optó por un pase que Nicolás «Infiernito» (R.I.P.), uno de los bailarines callejeros más populares de Quibdó, le habría pedido repetir con fines de aprendizaje. El nuevo movimiento, desplazarse hacia atrás, sin perder el ritmo, motivó curiosidad y preocupación entre las parejas del rumbero primíparo: Clayde Parra, abuela; Aracne Mosquera Parra, madre; Ximena Mena Mena y su hija Mónica María Bejarano Mena, amigas de la abuela, una de las personas más complacidas del concierto.

Así, personas, familias, grupos de amigos y amigas, compañeros de trabajo o estudio, un gran segmento heterogéneo de la sociedad quibdoseña, vivió un momento entretenido, agradable, de orgullo local y regional, escuchando, sintiendo, bailando, vibrando, cantando y hasta gritando melodías del Pacífico con la adenda de los sonidos y la dirección, a otro nivel, que resulta de la ejecución instrumental, las orientaciones del Maestro Eduardo Carrizosa y algunas de las mejores voces de la contagiosa música del extremo occidental de Colombia.

Para finalizar, los invitamos a disfrutar de la galería fotográfica de la visita social de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia al Nuevo Hospital Departamental San Francisco de Asís e Ismael Roldán Valencia, a la cárcel Anayansi y al Ancianato Nicolás Medrano de Quibdó.

 

Galería fotográfica/ Antonio Sánchez

 

Ancianato de Quibdó

Hospital Ismael Roldán Valencia

El viceministro de las Artes y la Economía Cultural y Creativa, Jorge Ignacio Zorro, se compartió la alegría con los asistentes a la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia en el hospital Ismael Roldán Valencia de Quibdó. Lo acompaña Juan Antonio Cuellar, director ejecutivo de la agrupación sinfónica/ Foto: Antonio Sánchez.

PaZcífico Sinfónico en la cárcel de Quibdó

La Contadora Ingrid Ruiz, en medio del viceministro de las Artes y la Economía Cultural y Creativa, Jorge Ignacio Zorro y el director de la cárcel Anayanci de Quibdó, Juan Cuesta Córdoba/ foto: archivo privado

Por Ingrid Ruiz

Les voy a contar lo que viví en la cancha del patio 3. El día 20 de diciembre en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Quibdó, conocida como cárcel Anayanci, se presentó un grupo de cámara de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia acompañada del viceministro de las Artes y la Economía Cultural y Creativa, Jorge Ignacio Zorro.

La histórica y bien aclamada presentación tuvo lugar en la cancha del patio 3. Llamó la atención de las Personas Privadas de la Libertad PPL, que, se sorprendieron ante inusitada visita de los músicos y de sus interpretaciones melódicas nunca escuchadas en esta institución. Para la gran mayoría de ellos nunca habían tenido tan cerca un instrumento de música clásica y menos escuchar tan cerca su sonido.

La admiración de las Personas Privadas de la Libertad y algunos miembros de la administración del plantel reclusorio, hacia los miembros de la orquesta, subió de niveles tan altos como el sonido del violín. Entre aplausos y vítores y de manera sorpresiva los internos sacaron unos instrumentos básicos para interpretar música chirimía, y la fusión entre los científicos de la Sinfónica y los autodidactas de la Anayanci no se hizo esperar. Me emocioné hasta llevar las yemas de mis ojos que, no podían creer lo que estaba viendo y sintiendo. Fue un regalaso de navidad para todos nosotros. Fue un concierto PaZcífico en la principal cárcel de los chocoanos

De esta manera se logró que, quienes asistieron al toque danzaran al son de la música.

Lo prometido por el viceministro

Al viceministro Rozo lo vi feliz; y se comprometió en apoyar suministrando algunos instrumentos musicales y ofrecerles unas charlas o cursos para quienes están interesados en aprender a tocar cualquier instrumento de estos.

Luego se hizo un recorrido al interior del establecimiento declarado patrimonio cultural, el cual pertenece a dicho ministerio y con la venía de los que allí habitan fue presentado y bien recibido.

En medio de tanto alboroto y festejo se le sugirió al viceministro, apoyar no solo a los Personas Privadas de la Libertad, sino a otras áreas de la cultura chocoana; en especial para aquellos jóvenes que se dedican a construir patria y tejer sociedad por medio de la pintura, el baile y la danza, para evitar que lleguen a las calles a delinquir y luego ser recluidos en el establecimiento.

Fue una mañana esperanzadora y llena de fantasía la del 20 de diciembre. Nunca la vamos a olvidar. Gracias Señor presidente Gustavo Petro

Hospital San Francisco de Asís