La Bogotà Humana de Gustavo Petro, deja deudas como la sanción del Plan Integral de Acciones Afirmativas, los resultados de la caracterización afro en el Distrito, el apoyo a las iniciativas y proyectos comunitarios; la incertidumbre en la continuidad de los proyectos bandera y el tardìo asumir de los compromisos del Decenio de los Afrodescendientes.

Por: Henry Tenorio Segura

Hablar de resultados concretos frente a la implementación de acciones que hayan beneficiado a la población negra-afrocolombiana del Distrito, con relación al Plan de Desarrollo de la “Bogotá Humana, de la saliente administración, nos muestra un “lánguido” balance, pese a los esfuerzos que al final del ejercicio se hicieron para dar alcance al Plan.

Señalar esta premisa no es de alarma pero si de preocupación, frente a los retos como a la forma en que se viene abordando el tema afro y de los grupos étnicos en la ciudad.

Para comprender mejor este escenario es preciso analizar lo ocurrido durante la administración del exalcalde Gustavo Petro, quien fuera el responsable del cumplimiento de la política pública para los habitantes de la ciudad.

Luego de sancionado el Acuerdo 489 de 2012 del Plan de Desarrollo, èste incorporó entre sus objetivos, el respeto por la diversidad étnica que enmarcan los derechos que la constitución y la ley han definido para estos grupos. Se propuso en el eje uno, luchar contra distintos tipos de discriminación, además de la realización de un proyecto para el fortalecimiento de las mesas, espacios autónomos y formas organizativas de la población afrodescendiente del Distrito.

Se subrayò además, en avanzar en la reformulación del plan integral de acciones afirmativas para la población afrobogotana (PIAAPAA), es decir, había una clara apuesta desde este instrumento de política pública para avanzar en la materialización de acciones que redundaran principalmente en visibilización y empoderamiento de esta colectividad en la ciudad. Sin embargo, la apuesta hecha en el Acuerdo 489, estaba lejos de ser realidad, por cuanto una cosa era lo que decía el plan y otra era la directriz impartida por la Alcaldía Mayor y la Secretaría Distrital de Gobierno en el primer año (2012). La cual señaló que la administración “atendería a todos los grupos y sectores de la ciudad, en marco de los derechos que les corresponde de manera general o transversal”;

Lo anterior se traduce, en que las particularidades que se venían afianzando en materia de política diferenciada, respecto de los grupos étnicos no contarían con una atención particular en materia de inversión, no obstante estar señalado el derrotero en el fundamento filosófico del plan para atender a estas comunidades.

Así lo dieron a conocer las alcaldías locales a las comunidades y organizaciones en los territorios. Así transcurrió el 2012 y 2013, donde la famosa “transversalización” invisibilizó el tema AfroBogotano de la agenda programática del plan, afectando de igual forma a otros sectores sociales y organizados de la ciudad, quienes no solo debieron soportar tal manifestación sino, que además fueron cuestionadas en su tarea socia. Asunto que para lo afro ayudo también la falta de interlocución legítima.

La expresión institucional antes indicada, hecha por la administración central, aunque en un comienzo pareciera marcada de manera general, la verdad sea dicha que para algunos sectores como el LGBT y los Ambientalistas, tal disposición no operó y, a quienes, por el contrario se fortaleció, lo cual dice mucho frente a la intención de la administración en términos políticos. No obstante esta posición inicial tuvo un giro inesperado a partir del debilitamiento de la administración por la sanción y salida temporal, impuesta por el Procurador al exalcalde Petro, hecho ya conocido ampliamente.

Aquí vale resaltar, el cambio que se dio a partir de ese momento en el relacionamiento y el apoyo a sectores, que en un comienzo fueron priorizados para la atención “transversal”. Y no es para menos, de hecho es conocido que la población étnica se movilizó en defensa de la garantía de los derechos del entonces alcalde Petro, lo cual contribuyó a tener una mirada diferente, mejor “diferenciada” hacia estos grupos, fruto de su denodado apoyo frente a la “crisis de destitución”.

Por ello no es de sorprender que a comienzos del 2014, el exmandatario, en reuniones asamblearias con la comunidad afro del Distrito, en el teatro Jorge Eliécer Gaitán y en el auditorio Huitaca de la Alcaldía Mayor, se comprometiera a invertir 10 mil millones de pesos para fortalecer, empoderar y visibilizar a esta comunidad en la ciudad; decisión, que rompió con la posición inicial y mostró una nueva voluntad de la administración para atender a la comunidad afro.

Por eso es a partir del 2014 cuando realmente se puede dar cuenta de la implementación de acciones de política pública Distrital, a la luz de los postulados del plan o. más bien, de la voluntad política manifestada, para poder hablar de resultados o balance en materia de intervención administrativa que impactaron en el pasado cuatrienio a los afrobogotanos.

¿Pero cuales fueron esos resultados que impactaron a esta comunidad?. Vale destacar dentro del proyecto de justicia propia, la puesta en marcha el proyecto “casas de los derechos afro” que opera para 12 localidades de la ciudad, expedición del Decreto 248 de 2015 por el cual se crea el Consejo Distrital y los Consejos Locales Afro como instancia representativa de esta comunidad en el Distrito; el fortalecimiento del proceso autónomo de la comunidad negra-afrocolombiana en la ciudad; aunque entidades como la Secretaría de Cultura poseen líneas de apoyo a iniciativas culturales se desconoce el impacto global y el beneficio a la comunidad y las organizaciones artísticas. Se destaca también, el programa de canastas familiares de la Secretaria de Integración Social y, en materia de salud, la ficha de caracterización que incorporó el enfoque diferencial.

Así mismo existe dispersión en el apoyo a colectivos y organizaciones por parte de entidades Distritales y locales que no responden a metas del plan que impacten de manera positiva a la comunidad beneficiaria.

Quedan en deuda, la sanción del Plan Integral de Acciones Afirmativas, los resultados de la caracterización afro en el Distrito, el apoyo a las iniciativas y proyectos comunitarios, y la incertidumbre en la continuidad de los proyectos bandera y el tardìo asumir de los compromisos del Decenio de los Afrodescendientes.

Se destaca en negativo el debilitamiento de la Gerencia de Etnias del IDPAC, la desarticulación institucional en la implementación de acciones y cumplimiento de metas y la marginalidad institucional como administrativa para asumir el tema dentro de la agenda pública.

Por eso este balance es pobre y lánguido frente a la implementación de políticas públicas y cumplimiento del plan, en consideración al reconocimiento legal de los derechos fundamentales que cobijan a la comunidad afro y al tamaño de habitantes de esta colectividad que residen y hacen parte de la ciudad.

Henri Tenorio Segura:
Abogado Especialista en Derecho Público,
Experto en Legislación Afrocolombiana
Consultor y Asesor Socio-Legal