En la capital chocoana, los estudiantes de la Institución Educativa Isaac Rodríguez Martínez llevan ocho años esperando la culminación de las obras de reparación de su colegio, una situación que afecta directamente a más de 400 alumnos que luchan cada día por mantener viva su esperanza de un futuro mejor/ fotos: archivo particular.

Ocho años de espera para un colegio digno

El rector, Eduardo Enrique Halaby Rengifo, denunció que la empresa BI-5, contratista de Bogotá, es la responsable directa del retraso de las obras, situación que ha generado hacinamiento, condiciones insalubres y deterioro estructural en las instalaciones.

El colegio, ubicado en el sector El Reposo – 2 de Mayo, una de las zonas más vulnerables de Quibdó, sigue siendo un símbolo de resistencia. Sus estudiantes se niegan a rendirse pese a estudiar entre goteras, olores nauseabundos, humedad constante y presencia de roedores, condiciones indignas que vulneran su derecho fundamental a la educación.

Mientras tanto, el Fondo de Infraestructura Educativa (FIA) del Ministerio de Educación Nacional, entidad encargada de la contratación, ha guardado silencio frente al abandono de las obras. La comunidad educativa exige una respuesta inmediata, una investigación exhaustiva y, sobre todo, acciones concretas que garanticen la culminación del proyecto, recalca el docente.

Los jóvenes contralores y personeros estudiantiles, menores de 16 años, también alzaron su voz no solo por ellos, sino por todo un territorio que pide oportunidades reales. Cada mañana, salen de sus casas con los sueños guardados entre sus cuadernos, con la fe puesta en que algún día estudiarán en un espacio digno y moderno, como merecen.

Étnica TV, El AfroBogotano y medios aliados acompañan este clamor ciudadano y amplifican la voz de estos dignos representantes de la juventud chocoana, ejemplo de perseverancia, dignidad y esperanza.

El Chocó no pide favores: exige justicia y compromiso con su educación, manifestaron los entrevistados.

Yo soy Ronald Andrés Luna Mosquera, curso el grado 10 en mi colegio y vivo en la zona norte, barrio Reposo de Quibdó. Me entristece mucho lo que está pasando en mi institución.

Mis sueños son obtener un buen puntaje en el ICFES, conseguir una beca y estudiar programación de software en una buena universidad. Y creo que no lo voy a lograr

De mi colegio me gusta el ambiente social, sus estudiantes, y la amabilidad y el esfuerzo de los profesores hacia nosotros.

Sin embargo, me preocupa la mala condición de la infraestructura, ya que nos perjudica de muchas maneras: hay poco espacio para los estudiantes, poca seguridad, y las aulas que se utilizan actualmente están ubicadas cerca del alcantarillado de la institución. Esto provoca que, cuando el alcantarillado se rebosa, los olores nauseabundos lleguen directamente a los estudiantes y directivos.

Exigimos que, por favor, se haga realidad el sueño de todos los estudiantes de volver a tener nuestra institución con todas sus aulas modernizadas. Nos preocupa que, después de ocho años, aún no se hayan terminado las construcciones de las instalaciones administrativas.

Le solicitamos a la Secretaría de Educación y a la Alcaldía de Quibdó que intervengan ante los contratistas responsables de entregarnos nuestra institución reparada y modernizada, para lo cual ya se les entregó una suma millonaria.

Si no se resuelve pronto esta situación tan grave, convocaremos a una marcha con la participación de todos nuestros compañeros, personal docente y administrativo, así como de los colegios que solidariamente nos quieran acompañar.

Es muy lamentable que muchos compañeros hayan abandonado sus estudios; otros, que han resistido el incumplimiento del contratista, no han podido desarrollar adecuadamente su aprendizaje ni sus talentos por falta de un buen espacio escolar.
Pedimos que piensen y comprendan que nos quejamos porque estamos cansados de ver nuestra institución en este estado y de no ver ningún avance.

Yirlesa Lezcano Moreno/ Personera estudiantil/fotos: archivo privado

¡Señor Ministro de Educación!

No somos alumnos de tercera ni de cuarta categoría. Somos jóvenes con los mismos sueños, capacidades y derechos que cualquier otro estudiante del resto del país

Con todo el respeto y la esperanza que tenemos los jóvenes de esta comunidad, le pedimos encarecidamente que intervenga para que la construcción de nuestra institución sea entregada a tiempo. Han pasado ya ocho años desde que nos prometieron su reparación, y aún seguimos esperando.

Nosotros, los estudiantes que hoy estamos culminando nuestro paso por esta querida institución, no tuvimos la oportunidad de disfrutar de las nuevas instalaciones. Sin embargo, mantenemos la esperanza de que nuestros hermanos y familiares de los grados inferiores sí puedan hacerlo, y que al fin cuenten con un espacio digno para aprender y soñar.

Mi nombre es Yirlesa Lezcano Moreno, curso grado 11° y tengo el honor de ser la personera estudiantil de esta institución. Mi mayor sueño es dejar huella en mi colegio, no solo representando con orgullo a mis compañeros, sino también obteniendo un alto puntaje en las pruebas Saber y demostrando que, pese a las dificultades, el talento del Chocó brilla con fuerza.

Vivo con mi familia en la zona norte de Quibdó, barrio Reposo, un lugar donde la inseguridad sigue siendo un problema constante. Pero más allá de eso, lo que más nos duele es ver cómo nuestro colegio se cae a pedazos.
No contamos con espacios adecuados para realizar encuentros culturales o académicos de gran magnitud, y muchas veces debemos limitarnos por falta de infraestructura.

Han sido ocho años de lucha, de promesas y de espera. Queremos un colegio digno, bonito, seguro y moderno, como los que tienen los estudiantes de Medellín, Bogotá o Cali.
No somos alumnos de tercera ni de cuarta categoría. Somos jóvenes con los mismos sueños, capacidades y derechos que cualquier otro estudiante del país.

Por eso, una vez más, le pedimos con urgencia, señor ministro, que cumpla la promesa y nos permita ver terminada nuestra institución. Que el esfuerzo de tantos años se materialice, y que los que vienen detrás de nosotros puedan disfrutar de lo que tanto hemos anhelado.

Gracias por su atención y por escuchar la voz de quienes creemos que la educación transforma vidas.

Personal docente de la institución educativa Isaac Rodríguez de Quibdó / Foto: Archivo Privado