Así disfrutaron los quibdoseños el concierto PaZcífico Sinfónico en el Malecón de Quibdó, Jairo Varela Martínez/ foto: Mario Duque/ Sonidos Para La Construcción de Paz

Por Wagner Mosquera
Fotos: Linda Criollo/ Jhon Acosta/ Mario Duque/ Antonio Sánchez

El miércoles 20 de diciembre, será recordado como un día especial en el que, por segunda vez, la orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, da un recital en el departamento del Chocó. En su estadía por Quibdó, la aclamada agrupación cumplió una apretada agenda que los llevó a recorrer, haciendo talleres de música y presentaciones de cámara, espacios como el ancianato, la cárcel Anayancy y los hospitales Ismael Roldan Valencia y San Francisco de Asís. También hubo tiempo para compartir con músicos y cultores, antes de su gran concierto en el Malecón Jairo Varela Martínez.

¿Sinfónica o Filarmónica?

Una breve pesquisa por los buscadores de internet nos dice que la sinfónica es una orquesta que tiene instrumentos sinfónicos como el viento madera, el viento metal, la percusión y las cuerdas. Generalmente tiene más de ochenta músicos y suelen interpretar, siguiendo las indicaciones de un director, obras de música clásica, desde sinfonías hasta una ópera.

En la antigüedad, las filarmónicas estaban compuestas por grupos de personas amantes de la música, que no necesariamente eran músicos profesionales, ni tenían una gran formación, mientras que las sinfónicas tenían un patrocinador para la formación profesional de cada uno de los integrantes.

En Colombia tenemos una Sinfónica al servicio del Estado, sus miembros tienen el carácter de trabajadores oficiales y todos tienen vinculación con un contrato de trabajo.

En la apertura del Concierto PaZcífico Sinfónico, el viceminstro de las Artes y la Economía Cultural, José Ignacio Zorro, en representación del presidente Gustavo Petro, invitó a los asistentes, a que hicieran de la música el mejor instrumento de paz y reconciliación/ foto: Linda Criollo.

La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia

La actual Orquesta Sinfónica Nacional nace en el año 2003. Llega como remplazo de la Sinfónica de Colombia que desapareció en el 2002, la misma que operaba desde 1936 bajo el cobijo del Estado Colombiano, pero que, como muchas otras grandes empresas públicas, entró en un amplio plan de privatizaciones estatales luego de ser liquidada.

Esta nueva Sinfónica Nacional, que para su presentación en Quibdó estuvo liderada por el Compositor y Director de Orquesta bogotano, Eduardo Carrizosa Navarro, rompe los esquemas donde normalmente se mueve para llegar escenarios poco convencionales, lo que le permite adaptarse a las apuestas musicales de los entornos donde interactúa, logrando fortalecer las sonoridades propias de esos entornos y la suya misma.

Con esa riqueza, la Sinfónica se convierte en una embajada que viaja por diferentes regiones y países, irradiando la belleza de la música y el folclor colombiano por todo el mundo.

“Sin abandonar su origen clásico, se caracteriza por ser una orquesta contemporánea, arriesgada y flexible”. Esa misma flexibilidad, fue la que sirvió para que en el marco del Plan de Desarrollo Nacional 2022 – 2026, “Colombia, Potencia Mundial de la Vida”, adscrito al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, se creara el programa “Sonidos para la construcción de paz”, y con esta plataforma, que la aclamada agrupación pudiera llegar a la ciudad de Quibdó con el concierto, “Pazcífico Sinfónico”.

No solo casi tres intentos de fuerte lluvia quisieron sabotear la exhibición de la Sinfónica en el Malecón, algunos rumores tras bambalinas decían que la venida de la misma a la Villa de Asís, fue producto de la terquedad de su Director Ejecutivo, Javier Antonio Cuellar, quien se dio a la tarea, no solo de lograr la presentación de la orquesta, sino también de concretar un gran escenario con un maravilloso montaje de sonido, iluminación y cinco pantallas
led como telón de fondo, además de una espectacular tarima de 27 por 18 metros, en la que se juntaron los talentos de 89 músicos y cuatro cantantes.

“Esa orquesta es una elegancia mi gente. Una bacanería”, decía medio en broma, medio en serio un vendedor de bebidas en las tribunas atiborradas del Malecón, Jairo Varela Martínez, cuando se escuchaba una de las 13 bellas melodías del repertorio del Chocó y del Pacífico, interpretadas para hacer brillar una mágica noche decembrina, que tuvo como trasfondo las siluetas del publico estampadas sobre el Atrato y la fachada de la Catedral como marco imponente a la colosal escenografía.

Parió la luna

Pasadas las 8:30 de la noche, no solo aclaró el cielo bajo el cobijo del rio Atrato, la orquesta dio el inicio con la bella interpretación del Pazcífico sinfónico, pieza a la que le siguieron los temas Parió la luna, Con el corazón, La memoria de Justino y Mi Buenaventura, esta última canción, composición del eterno Petronio Álvarez, fue interpretada en la propia voz de uno de los cantantes insignias del emblemático Puerto, que ayudó a popularizarla y hacerla más grande en estos tiempos modernos, el mismísimo, Marco Antonio Micolta Santiesteban, popularmente conocido como Markitos Micolta. Luego vinieron La Arrechera, Amanecé, Tío Guachupecito, Aguacerito llové, Te vengo a cantar, Kilele y El Birimbí, para rematar con el gran himno del Pacífico y de Colombia entera, orgullo del Chocó para el mundo: La vamo a tumbá, del compositor, nacido en el municipio de Condoto, Octavio Panesso. En el escenario, amén de la virtuosidad de los 80 músicos de la Sinfónica, se fusionaron los instrumentos y las voces de otros 13 destacados artistas del Pacífico, liderados por el Maestro caucano, Hugo Candelario González, Director del Grupo Bahía. Ahí, además de Mikolta, también se escucharon las voces de la cantora caucana, Nidia Góngora; de la chocoana, Clarisol Martínez y del caleño, Johan Castro, más conocido como ‘Johan Pasión’.
Juntos, hicieron que cada canción interpretada tuviera la magia necesaria para reanimar a más de un corazón atribulado.

 

La histórica noche de música del Pacífico, exhibida en el Malecón de Quibdó Jairo Varela Martínez, sirvió de marco para el encuentro de personalidades de la región. En la gráfica, de izquierda a derecha, Yeruham Scharovsky, director artístico de la OSNC, Marta Luna, Gestora Social del Municipio de Quibdó; Juan Antonio Cuellar, director ejecutivo de la OSNC; Martín Sánchez, alcalde de Quibdó; la cantante internacional Nidia Góngora y la periodista de Caracol Radio, oriunda de Pizarro, Yoreli Ibárguen. Foto: Antonio Sánchez

Los cuatro afamados cantantes del Pacífico, Johan Castro, más conocido como ‘Johan Pasión’, Clarisol Martínez, Markitos Micolta.y Nidia Góngora, son acompañados por otras personalidades, entre ellas, la coordinadora de cultura municipal (al centro de la gráfica) Aidith Maya Bonilla /foto: Antonio Sánchez

 

El concierto

Fue un concierto bonito y sabroso, lleno de nostalgias y muchas alegrías al que al público fiel que estuvo puntual, como dice Hansel Camacho, se le hizo más dulce la espera, porque desde el sonido del primer acorde ya estaba más que entregado para tararear y bailar hasta sus límites. Era difícil quedarse quieto al escuchar cada canción de un repertorio armado con gran sensibilidad, pero, ante todo, con la mística en la elección de aquellos temas inolvidables.

Hace apenas unas semanas, la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y el Grupo Niche, ganaron de manera compartida, en la edición número 24 de los Grammy Latín, celebrados en Sevilla, España, el gramófono dorado en la categoría Mejor Álbum Salsa, con el trabajo “Niche Sinfónico”, una obra monumental de colección que eleva a la categoría de clásicos, algunos temas de la grandiosa agrupación salsera. Ya pueden Imaginarse ustedes a Varela allá, donde quiera que esté, disfrutando con la gente del Chocó de este espectacular concierto en el Malecón que lleva su nombre, y con la orquesta que le está apalancando a su Grupo Niche, el ser un poco más universal.

La representación de nuestra sonoridad, en cada una de las notas de la Sinfónica, dejó de ser un mero cuento accesorio para posicionarse imperial y retumbar con altivez en los mejores escenarios. Mejor dicho, la música del Chocó y del Pacífico convertida de inmediato, en una gran oda a la cultura musical del mundo. Por eso, ante tanta belleza y felicidad que nos regalaron aquella mágica noche, solo nos resta decirles: ¡Gracias Sinfónica
Nacional!

Infraestructura potente

Daba gusto ver el despliegue de la orquesta en la imponente tarima. Un montaje que requirió de varias semanas de planificación y la experticia de un equipo de más de 45 operarios entre ingenieros de sonido e iluminación, establecidos en la ciudad de Quibdó por varios días, armando un rompecabezas de más de 70 de toneladas de equipo logístico, dispuesto en nueve grandísimos camiones
La producción para realizar este concierto habla de lo serio que se lo tomaron desde el Ministerio y desde la Sinfónica, un tema de respeto, a la altura de un público conocedor y agradecido.

 

Punto aparte

Constantino Herrera Lewis, más conocido como Tino. (a la izquierda de la gráfica) con el también maestro de maestros y director del Grupo Bahía, Hugo Candelario González/ foto: Mario Duque

Un punto aparte hay que hacerlo para destacar y, al mismo tiempo, homenajear sin egoísmos el trabajo del talentoso maestro de la música chocoana, Constantito Herrera Lewis, más conocido como Tino. El mismo que se dio el lujo, como invitado especial, no solo de convertirse en una parte esencial del engranaje que ayudó a hacer realidad este bello montaje de la Sinfónica en Quibdó, sino porque también, ya en el escenario, mostró una versatilidad propia de los grandes que nos llena de orgullo. A Tino le alcanza para interpretar con maestría el clarinete, la marimba, los platillos y otro sinnúmero de instrumentos propios con la destreza de los virtuosos que, hasta aquí, ha demostrado su valía como musico de alto nivel que certifica desde su trabajo como docente y guía en la Fundación Nacional Batuta, primero, y ahora como Director de la Escuela de Música Pacífico Master Beat, donde no solo ayuda a en la formación de los músicos emergentes, sino también en las colaboraciones que hace para un sin número de talentos.

El Maestro Tino, se ha convertido en el arquitecto que oficia como diseñador de los buenos montajes y presentaciones musicales que se han dado en el Chocó en los últimos años, y que nos hacen inmensamente felices. Por eso, desde esta humilde tribuna le decimos: ¡Buena por esa, maestro!