Por Lusimar Asprilla Morales*En la historia de la construcción del país, las comunidades étnicas siempre han tenido un papel preponderante desde antes de la colonización, los tiempos de la gesta independentista hasta nuestros días1. Sin embargo, los espacios de incidencia y participación política no se equiparan con esos aportes a la construcción de ciudad y país que realizamos las comunidades étnicas desde nuestros saberes y activismo. En ese orden de ideas, la Reforma Política representa una gran oportunidad para avanzar en estos procesos de reparación y reivindicación.
En primer lugar, a pesar de los aportes de los grupos étnicos, la participación e incidencia en espacios de toma de decisión ha sido limitada. Lo anterior se demuestra en las cifras de representación en el Congreso, por un lado, en la Cámara de Representantes solo el 5% son representantes con pertenencia étnica y cuatro de ellos por el mecanismo de curules especiales. Por otro, en el Senado solo el 3% de las personas tienen pertenencia étnica y dos de ellos por curules especiales indígena sin contar que las comunidades negras, afrocolombianas, Raizales y Palenqueras y el Pueblo Rrom no cuenta con curules especiales étnicas en esta Corporación.
Para nadie es un secreto que la participación e incidencia en espacios de representación política no ha sido fácil. Pero en las pasadas elecciones la movilización de las mujeres en su diversidad logró que tal y como lo menciona Botero (2022) se alcanza una cifra del 30% en la representación de mujeres en el Congreso. Por eso, es un gran avance que en la reforma política se promuevan las listas con paridad de género así como las identidad de género diversas. Sin embargo, esto no se puede convertir en el lleno de un requisito sin lograr agendas reales e incidencia entorno a los derechos de las mujeres y la población LGTBIQ+.
Más aún si miramos con detenimiento cuantas mujeres con pertenencia étnica hacen parte del Congreso este porcentaje se reduce al 7% de representación.
En segundo lugar, si bien en el Proyecto de Reforma aprobado por el Congreso se menciona que hay excepción entorno a listas cerradas para curules especiales; estas curules carecen de representatividad en su gran mayoría por falta de pedagogía en torno a las mismas y por falta de una revisión juiciosa en los procesos de aceptación de avales.
En tercer lugar, históricamente, así como en la gesta independentista las comunidades y pueblos étnicos han sido instrumentalizados en el escenario político. No obstante, en la práctica al interior de los diferentes espacios de participación política no se materializa una incidencia real que se aterrice en la reducción de brechas de desigualdad e inequidad. Lo anterior se demuestra con las cifras de Necesidades Básicas Insatisfechas en algunos territorios donde se encuentran las comunidades y pueblos étnicos que evidencian la desatención estatal histórica en los territorios.
Según cifras del DANE mientras que el promedio nacional de NBI es de 14.28% el de los departamentos del Pacífico como Chocó (65.51%), Cauca (18.1%), Valle del Cauca (6.25%), Nariño (21.98%). Si bien en el Valle del Cauca el promedio es más bajo que el promedio nacional, en el caso de la ciudad de Buenaventura donde se encuentra el puerto principal del país y donde el porcentaje de población afrodescendiente es de más de 80%; el porcentaje de NBI es de (16.55%).
De igual manera, en el municipio de Mahates donde se encuentra la población palenquera el porcentaje de NBI es de 53.8%; mientras el departamento del cual hace parte es de 26.73% y su vecino municipio de Cartagena y en el caso de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en la cabecera municipal es de (19.82%).
A pesar de la situación mencionada anteriormente, esta Reforma política contempla listas cerradas con paridad de género, No obstante, en ningún texto de su articulado menciona la necesidad y la acción de garantizar la implementación de enfoques diferenciales como el étnico y de personas con discapacidad en dichas listas de los Partidos Políticos. Esto es necesario para dar cumplimiento al artículo séptimo de la Constitución donde Colombia se auto reconoce como nación diversa, pluriétnica y multicultural. Así como el artículo 13 que nos habla de la igualdad.
En Brasil se avanzó en esta materia a través de una reforma política, de acuerdo con un artículo del diario el País, a través de una consulta al Tribunal Superior Electoral se logró que “la distribución de los fondos y el tiempo de propaganda fuera proporcional al número de candidatos afrodescendientes”. Colombia no puede quedarse atrás de estos avances, conforme lo demanda su Constitución Política y los Convenciones y ratificados. Solo de este modo podremos avanzar en la incidencia real y efectiva de los grupos étnicos y sus potenciales. De este modo, veremos de qué lado de la historia quieren estar los Partidos Políticos, si del lado donde avanzamos hacia una sociedad incluyente o del lado donde la desigualdad, la inequidad y el racismo sigue limitando el potencial de nuestro país.
1 Pues, los Pueblos Indígenas han sido los dueños originarios de estas tierras. Las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras además de construir ciudades con sus manos callosas, estuvieron en la gesta independista bajo la modalidad de milicias de pardos y en diversas batallas lograron someter al colonizador europeo. Asimismo, tuvieron tal arrojo y habilidad militar en el cimarronaje por la libertad que en el caso de Benkos Biohó los españoles tuvieron que someterse a un acuerdo de paz. Asimismo, es importante resaltar que la comunidad raizal logró la emanciparse de los ingleses y fueron independientes de Colombia durante casi un siglo. En todo este tiempo han cuidado el archipiélago. Sin embargo, por los procesos de migración y la colombianización han ido perdiendo el territorio y se encuentra además en sobrepoblación. Finalmente, el Pueblo Rrom históricamente nos ha enseñado sobre la solidaridad y solución pacífica de conflictos que debemos tener desde el ejemplo en sus Kumpanias
No Comentario