El mar de leva arrasó con 35 viviendas el pasado mes de diciembre y la catarata de promesas del gobierno nacional ya no cabe en el corazón de su gente que lo perdió todo.
Lo encontramos con su overol puesto, martillo y puntillas en la mano arreglando el tejado de la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Capurganá y nos pospuso para luego del medio día la cita para hablar de este paraje turístico, uno de los más apetecidos por los Colombianos.
Flavio Álvarez Arango, es un joven sacerdote de origen Antioqueño que imparte de lunes a viernes la palabra de Dios a los tres mil habitantes de Capurganá. El fin de semana se embarca en una chalupa rumbo a Sapzurro y la Miel, este último pueblo pertenece a territorio Panameño. Los fieles de Cristo lo esperan para compartir con el prelado sus mensajes de fe y esperanza.
Sin embargo esa fe, nos cuenta, se trunca cuando los habitantes recorren las calles que parecen caminos a medio construir y se tropiezan con una realidad que han denunciado hace más de seis meses. Dijo que el mar se está llevando a pedazos a Capurganá y nos invitó a realizar un recorrido junto con el activista afro, Abel Padilla Pertuz
A menos de cincuenta metros de su iglesia vimos como el mar de leva erosionó la carrera primera de Capurganá.
En la caminata nos contó que el mar y sus olas cada vez más alevosas acabaron con la fachada física de este paraíso natural. Los turistas ya no van a visitar el malecón que bordea la bahía y los comerciantes denuncian que sus hoteles se ven amenazados por el fenómeno natural.
Sostuvo que la devastación llegó a las puertas del comando de la policía y que terminará por afectar finalmente las viviendas si las autoridades del gobierno nacional y local no acometen soluciones urgentes a través de la construcción de una barrera artificial que ayude a mitigar la fuerza del oleaje
Aprovechó para denunciar la construcción de un relleno sanitario a cielo abierto en Capurganá. Este botadero de basura está ubicado en la vía que conduce a El Cielo, otro de los atractivos de agua dulce de la zona y a donde cientos de visitantes y nativos llegan a caballo en un paseo placentero por entre la selva y adentrarse en una refrescante cascada que cae desde la montaña
Llamó la atención de Coldeportes para que los niños tengan un parque donde recrearse en familia y puedan desarrollar sus habilidades. Porqué en Bogotá hay un parque en cada barrio y en Capurganá no existe uno. Preguntó el sacerdote un tanto disgustado
Recuerda el clérigo que por esta zona costera han desfilado ministros, candidatos a la alcaldía y gobernación, diputados, concejales y que en sus cámaras se llevan retratada el abandono en que se encuentra la bahía. Al parecer borran las fotos y se olvidan de las soluciones. Solo promesas, recalca.
Y ante este abandono a la comunidad, esa misma que se aferra a cristo para mejorar su nivel de vida advirtió: “el que promete y no cumple es un pecador.
La Calamidad de Acandí y las promesas de Bogotá.
El panorama triste y desolador que describe el presbítero de los habitantes de Capurganá hace parte de la calamidad sucedida en la cabecera municipal de Acandí, en donde más de treinta viviendas y cinco locales comerciales fueron arrasados por la furia de las olas, dejando en la calle a cuarenta familias y destruidas tabernas de descanso ubicadas en la playa que ofrece una hermosa vista a la bahía.
El motorista que conducía la embarcación que partió hace dos horas desde Turbo y que nos transportaba hasta Acandí, anunció que los pasajeros deberíamos bajarnos de la embarcación en una playa distante del puerto.
Las olas del mar que por esos días se alzaban hasta diez metros no solo destruyeron las casas sino que arrumó bancos de arena en la boca del río que sirve de entrada y salida de las lanchas.
Ante los hechos, el alcalde local Gabriel Olivares y la personera Jasney Palacios Bonilla asistieron el pasado siete de enero a una reunión en la Unidad de Riesgos y Desastres de la presidencia de la República con el fin de concertar soluciones urgentes a la problemática de carácter humanitario: niños y sus padres con hambre, arrimados en el piso de casas vecinas y sin enseres viven un drama familiar nunca esperado. Lo perdieron todo.
El AfroBogotano y la voz del Chocó de RCN, visitaron cada una de las casas que cayeron como naipes ante la arremetida del mar y recogió el testimonio de los damnificados.
El registro fotográfico de las viviendas y de sus rostros en el intento de rescatar alguna pertenencia nos laceró el corazón
Carmen Carrillo, Marceliana Valdés, Esperanza Bravo, Arquímedes Moreno, Guillermo José Coneo y Taide Santos Caicedo y Luz Dary Gómez son algunos de los perjudicados por el mar de leva. Todos coinciden en afirmar que el océano se les llevó sus pertenencias, que no hubo tiempo de recoger y salvar los artes de pesca y que los gobiernos no han hecho sino prometer y engañarlos
Tres meses después de la tragedia se pudo confirmar que los 1.400 bultos de cemento y el mismo número de costales prometidos por la Unidad de Riesgos para mitigar el oleaje en Acandí nunca llegaron.
Supimos de sus lugareños que Ingeominas, entidad que también hizo parte de la reunión urgente en la capital colombiana tampoco ha cumplido con el prometido estudio geológico. A esta catarata de promesas se unió la Dimar, Codechocó y la gobernación del departamento.
En Bogotá creen que somos unos animales para tratarnos de esa manera., denuncian los Acandileros.
Los devotos de Nuestra señora del Carmen dicen Las suplicas del cura y sus gentes llegan a oídos sordos de la dirigencia nacional. Y cada vez más es preocupante la amenaza del mar.
Por eso uno de los más reconocidos líderes afros de la zona, Abel Padilla, sostiene que ya no hay campo en sus cuerpos para la tristeza y la desilusión, el rencor hacia ese otro país que llaman a Colombia es cada vez mayor ante la el engaño que día a día practican desde Bogotá
Acandí parece tierra de nadie y este país no mira más allá de la zona Andina y de los potentados del Caribe
Seguidamente subraya que las gentes perdieron sus viviendas y eso no los mortifica a los gobernantes de turno, que el puesto de policía de Capurganá está amenazado por las olas que ya rompieron parte de su fachada, la energía no la suministran a cuenta gotas, los turistas dicen no volver si la situación persiste y en materia de salud la nueva ips Servimédicos resultó peor administradora que Caprecom. Estamos en un abandono total, denuncia, este joven oriundo de la región
Jasney Palacios, que se desempeña como personera de Acandí se une al clamor de sus paisanos. Ayer nos atendió vía telefónica y dijo que a los desprotegidos y afectados se les constituyo una veeduría ciudadana para que reclamaran sus derechos ante la Unidad Nacional de Riesgos.
Denunció que cada día el panorama es más desolador, que el brote de la Chicunguña se apodero del pueblo sin respuesta médica del único centro de salud que existe en el casco urbano. “Necesitamos un hospital que satisfaga las necesidades de la gente que deben enviar sus enfermos hasta Necoclí y Turbo, poblaciones vecinas mas cercanas” dice la defensora
Relata que hace pocos días falleció una señora dentro de una embarcación poco después de zarpar en busca de una atención médica superior, y aprovechó para hacerle un llamado al gobernador del Chocó para que atienda el llamado de su gente, quienes se consideran Chocoanos y al parecer en Quibdó no lo creen así. Subrayó la funcionaria, quien admitió que la alcaldía local si viene atendiendo a los damnificados con el pago de los arriendos y suministro de alimentos, mientras llega la solución definitiva de Bogotá.
Este es el panorama que aún persiste en este municipio fronterizo con Panamá y poseedor de un emporio de fauna y flora sin comparación en el inventario natural de Colombia.
Sin embargo y como una aguja en un pajal, instituciones como la empresa de energía de Acandí, ENCELCA y la junta de Acción Comunal de Capurganá, ofrecen muestras positivas en sus acciones y actividades.
El recién remozado aeropuerto de Capurganá recibió más de cien vuelos entre los meses de diciembre y enero pasados. La temporada turística le dejó dividendos económicos importantes que serán utilizados en la modernización de la terminal aérea y el cerramiento del cementerio, indico, Raúl Peña, presidente de la Junta Comunal, no sin antes solicitar el apoyo de la aeronáutica civil para ampliar la pista en 300 metros y que Satena programe a futuro vuelos a esta zona del país, subrayó.
Acandí es subsede los Juegos Nacionales 2015-Chocó-Tolima y hay preocupación en sus gentes porque aún no se vislumbra la construcción del estadio de softbol. El terreno ya fue suministrado por la alcaldía local.
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