NO ES PARA CALLAR

Desde el municipio de Suárez-Cauca, la vicepresidente Francia Elena Márquez Mina, anunció la reglamentación a la Ley 70 de 1993 y le declaró la guerra frontal a la consulta previa, en una flagrante contradicción de su propia historia, como quiera que hasta hace poco tiempo, ella, conjuntamente con Carlos Rosero, fue la gran abanderada de ese mecanismo de participación y defensa étnica ( casos Ecopetrol) que le dio grandes réditos y la puso en el camino de llegar al poder que hoy merecidamente ostenta. Dijo que, la plata que se gasta en consulta previa se destinará a construir acueductos.

Frente al particular hay que decir lo siguiente:

1- La consulta previa no obedece a la voluntad del gobierno de turno, si no a normas supra estatales, establecidas en el artículo 6 y SS del Convenio 169 de la OIT adoptados en los artículos 15 y SS de la Ley 21 de 1991, cuya logística debe ser costeada por el Estado.

2- La reglamentación de la Ley 70, debe pasar por consulta previa, como quiera que afecta directamente a las comunidades tribales, como lo establece el mencionado convenio internacional, en eso la honorable Corte Constitucional no da otra opción.

3- Es inelegante dejar en el ambiente que, los acueductos del Pacífico no se han construido por culpa de las comunidades que se gastaron la plata en consulta previa. Bueno, en honor a la verdad, ella sólo está repitiendo el discurso con que Germán Vargas Lleras se refiere al tema desde hace 20 años. No Señora, los recursos de las consultas previas, nada tienen que ver con acueductos y demás obras de saneamiento básico, manifestar lo contrario es justificar el abandono al que han sido sometidas nuestras comunidades por parte de los gobiernos de turno, como en reiteradas ocasiones lo manifestó la hoy vice, en la campaña y que le mereció el apoyo de muchas de estas comunidades que hoy cundieron en pánico con semejante anuncio.

Le propongo.

Construyamos los acueductos a las comunidades, con los recursos que se destinarían a financiar los “guardas cívicos” del Ministerio de la Igualdad, pues más allá de construirle una isla a la vice para entretenerla y sacarla del paseo, no veo que se le pueda asignar funciones distintas a las que pululan en todos los ministerios, pues si a cada derecho constitucional fundamental, se le va a crear un ministerio, tendríamos que crear 41 ministerios nuevos, como quiera que estos derechos, incluyendo el a la igualdad, se encuentran consagrados en los artículos comprendidos entre el 11 y el 40, más el del artículo 44 que consagra como fundamentales todos los derechos de los niños, más los 10 primeros artículos superiores, elevados a principios fundamentales.

Coincido con quienes consideran qué hay que darle tiempo al nuevo gobierno para que cumpla con su programa de gobierno y quienes me leen han podido darse cuenta que por ahora me limito a mirar los toros desde la barrera, pero que haya que defender a los negros de la vicepresidenta negra, no es para callar.

Algo pasó, porque eso no era lo que manifestaba cuando integraba los órganos de representación y participación de las CNARP. Tengo la esperanza que a la vice no le hayan cambiado el paladar en 8 días, para que rebobine y entienda que la consulta previa es una conquista mundial de las comunidades tribales y que esa afirmación, equivale a prenderle fuego al papiro contentivo de su propio discurso.

*Exconcejal de Cali, exalcalde encargado y exsecretario de Gobierno de Buenaventura, activista de las comunidades afrodescendientes, natural de Mosquera (Nariño), graduado de bachiller del Instituto Técnico Industrial de Tumaco, periodista y columnista de varios periódicos, abogado de la Universidad Santiago de Cali con especializaciones en derecho disciplinario y administrativo, respectivamente.

Si a usted, que le gusta el futbol, y solo lo ve o le para bolas cuando hay uno o varios crack en uno de los dos equipos, tómese la molestia de ver el próximo partido de la Selección Colombia Sub 20 Femenina, en el Mundial de la categoría y relájese en un buen sillón de su sala. Pida el control del televisor, súbale el volumen y dígale a los que viven en su casa que no lo interrumpan: solo dígales que usted quiere ver a Linda Caicedo jugando con la Selección Colombia.

No solo querrán apreciar en acción a una de las mejores jugadoras del mundo en la actualidad, también tendrán el privilegio de escuchar el ruido de cada una de sus jugadas. ¡Es simplemente letal!

Linda Lizeth Caicedo Alegría, es la talentosa futbolista caleña de 17 años, que hace unos pocos días, ayudó a llevar a la Selección Colombia de mayores al Subcampeonato de la Copa América, al mismo tiempo que se alzaba con el título de la mejor jugadora del torneo, marcando dos goles. Todo ello, dejando una estela de talento en cada pique, en cada gambeta, en cada regate, en cada sonrisa desplegada en los 115 metros de una cancha de futbol.

Hoy, ya cuenta con 10 anotaciones jugando en tres categorías de Selecciones.

Debutó en el futbol profesional en el año 2019, a la prematura edad de 14 años, con el América de Cali, ese año no solo fue campeona con el club de la Sultana del Valle, también se dio el lujo de ser la goleadora del torneo. Para el 2020 es fichada por el rival de patio, el Deportivo Cali, equipo donde ha actuado las últimas tres temporadas. Pero ojo, me informa un buen amigo del futbol que ya tiene un preacuerdo firmado con el Futbol Club Barcelona, y yo no puedo estar más feliz, se iría para uno de los mejores clubes de futbol del mundo.

Mejor dicho, viendo la actuación de Linda Caicedo, ayer 16 de agosto, frente a Nueva Zelanda en el mundial Sub-20 – donde no solo dejó su impronta con la marcación de los dos golazos que nos dieron el empate y la clasificación a octavos – me queda la impresión de que estamos siguiendo la carrera de una futbolista extraordinaria que, dentro de poco, puede convertirse en la mejor jugadora del mundo. ¡El Balón de Oro para el futbol colombiano nunca estuvo tan cerca!

Y no exagero, Linda no solo tiene el talento natural de las calidosas que nacen con una estrella, no, su sonrisa, todavía infantil, nos transporta a la pureza de ese futbol de barrio donde la gambeta, el regate y la picardía de los que son diferentes no daba rabia, por el contrario, tiene ese tipo de talentos al que agradecemos porque al hacernos sentir tan cerca, nos dice que somos privilegiados.

Su futbol, tan lleno de variantes y de matices, lo combina con las zancadas propias de una velocista que sabe hacer las pausas necesarias para no estrellarse, y en el mano a mano, te aniquila. Utiliza todos los recursos de las calidosas que entiende que la esencia del juego también está en desmotivar, a veces, a los rivales con una sutil gambeta, o como lo decimos en el barrio, con un ‘melo’ de esos que levantan tribunas al grito unísono de oleee…

Mi admiración para la Selección Colombia Sub 20, que hasta aquí, nos ha llenado de ilusión y orgullo en este Mundial de la categoría, jugando a un nivel sublime que, más allá de los resultados, nos hace sentir felices.

La Selección Sub 20 es a hoy nuestra gran factoría de talentos y Linda Caicedo es su gran embajadora ante el mundo: ¡Gracias muchachas, gracias Linda!

*Wagner Mosquera Palacios: Comunicador Social y Periodista. Especialista en Periodismo Deportivo y próximo a graduarse de Abogado y en la Maestría de Comunicación Digital. Excandidato a la alcaldía de Quibdó.

La expectativa que genera el Festival de Música Tradicional del Pacífico, Petronio Álvarez realizado y organizado en la ciudad de Cali, es iniciar por ver con quién se puede ir. Sabiendo que este año asistían ocho grupos musicales desde el Chocó y que entre ellos algunos muy conocidos, con los que he tenido la oportunidad de compartir, me decidí, con la complicidad de mi compañera de vida, por lo que busqué, por internet, el tiquete aéreo más económico teniendo en cuenta que es solo una aerolínea la que desde Quibdó nos lleva a Cali. La tarifa que logré por efectos de haberla buscado con un mes y medio de anticipación estuvo dentro del rango normal. Amigos que buscaron tiquete dos semanas antes del festival no lo pudieron hacer, primero, porque al doble, casi un millón de pesos y segundo, muy restringidos los cupos. Este sería el primer llamado: ¿Por qué nos manipulan las tarifas de ese modo y abusan del usuario? Hace tiempo venimos protestando por lo mismo y pasa nada.

A pesar de la gran confluencia de visitantes, conseguir habitación de hotel fue fácil, económico y bien ubicado. Para el caso del Festival Vallenato, las tarifas de los hoteles, se duplican y hasta triplican. El servicio de transporte en taxi, para los que no conocemos es relativamente más económico que un servicio en Quibdó, donde le cobran lo que quieran. Allá son respetuosos, amables y cobran por taxímetro, no por la cara del usuario.

La comida, ni hablar. Los manjares que se consiguen en las instalaciones del Coliseo donde se desarrolla el Petronio, decir que son exquisitos es redundar. Algo costoso, pero pues la gente viene de diferentes partes del Pacífico y obvio que debe recuperar su inversión. Además, porque estamos es de goce, “viviendo sabroso”, así que, si no puede por ahí, hay muchos sitios para comer, desde restaurantes con menú ejecutivo, como centros comerciales con zonas de comida de todo orden.

Y de la seguridad ni que hablar. Muy bien. Presencia permanente y muy efectiva de la policía nacional, la que merece reconocimiento especial, además porque la gente va es a gozar. Ni una bronca, ni discusión. Una muestra de que, si podemos vivir sin discriminaciones y con respeto.

Encontrarse, en los eventos de presentación de los participantes, con amigos que muchas veces ni viviendo en Quibdó nos vemos u otros que van de otras ciudades, es lo más maravilloso, las expresiones, los abrazos, las historias que se cuentan, el compartir unos tragos de tomaseca, arrechón, viche curado, acompañado de unas empanadas de camarón, en fin, una ricura.

La organización para atender tanto participante y a todos, su habitación de hotel, su transporte, su alimentación no es fácil y la Secretaría de Cultura de Cali y la organización lo lograron, además del apoyo a los participantes de la feria de comidas, artesanías y bebidas ancestrales. Nos quedamos en que el Festival Musical Antero Agualimpia nos quedó grande. El Petronio inició después y vea donde va.

Vivir el espectáculo de los músicos que representan al Chocó en esa tarima y escuchar los gritos de alegría y ver esa expresión en los asistentes, bailando y vitoreando es lo que nos hace estremecer. No importa el aguacero, ¡ya estamos acostumbrados!

*Jose María Daza. Economista de Empresas con especialización en Finanzas Públicas. Periodista en la Voz del Chocó y Caracol Quibdó. Ex catedrático de la Universidad Tecnológica del Chocó, además en especializaciones en la Universidad Remington y Fundación Andina.

En distintos escenarios he expresado, que, en nuestro territorio del Pacífico Colombiano, se requiere, promover el emprendimiento, a partir de las experiencias y fortalezas regionales y locales.

Para ello, se necesita, tener presente tres líneas o ejes esenciales, de tal manera, que se puedan aplicar con facilidad, y así en sus inicios poder sostener la motivación requerida, para no desfallecer, ante el importante, valiosa y trascendental idea e impulso de emprendimiento que se tenga.

Es claro, que quien irrumpa con sus ideas para generar y construir empresa, debe poner en escena, los fundamentos esenciales e innovación para ir avanzando cada día en su propósito:

1.  QUERER

La persona puede contar con muchos recursos o apoyos económicos o físicos ; pero  para iniciar o ser exitoso , una de las Claves fundamentales debe ser,  QUERER de Corazón y pasión ; de lo contrario , su propósito se queda en simple idea .

2.  ACTUAR

La persona puede QUERER, pero, si no actúa, la idea se queda en un simple Idea; por lo tanto, es fundamental, que quien quiera construir una empresa, no solo basta con tener el propósito, sino que también, debe actuar e iniciar

3.  PERSISTIR

LA Persona interesada en construir, organizar o montar una empresa, si ante la menor dificultad desiste, entonces no logra avanzar ni crecer en su loable propósito, de construir proyecto empresarial.

◦          Entonces, para forjar empresa se requiere:

◦          Querer, Actuar y persistir; fortalecido, con algo que llevamos por dentro,

4.  LA VOLUNTAD

En ese orden de ideas, impulsemos el emprendimiento empresarial, si queremos disminuir el sub desarrollo regional.

*Isaías Chalá Ibarguen. Licenciado en matemáticas y física, especialista en evaluación pedagógica – U. Católica de Manizales-Diplomado en Gestión Educativa, U. Pinar del Río de Cuba,- Ex Alcalde de Quibdó.

Nunca antes el país estuvo tan expectante por la posesión de un nuevo gobierno, como aconteció el pasado domingo, con la del presidente GUSTAVO PETRO y la Vice presienta FRANCIA MÁRQUEZ; la alegría se sentía por cualquier lugar y la expectativa de todos era evidente, así quisieran “concentrarse” en otras cosas. Creo que el tema era similar a lo que ocurre cuando se está mirando una película de terror y el espectador le da miedo, pero no puede dejar de mirar las escenas.

En mi vida había visto tanto protagonismo del afro descendiente en una posesión presidencial y ese es otro ito bien puntual, y todo atendiendo a la primera vicepresidenta negra, mujer que se ganó a pulso y a todo riesgo, esa posibilidad, generando otra circunstancia bien puntual en la historia nuestra como diría El Yoe. Me estremecí en varias ocasiones mirando las imágenes de los canales de televisión, quienes hicieron un gran esfuerzo para trasmitir cada detalle de lo que acontecía en la Plaza de Bolívar y sus alrededores, con el propósito de que cada detalle fuera sentido y conocido por el televidente; y bueno, cuando se brinda la oportunidad para disfrutar desde donde uno se encuentra, de la mencionada posesión, no es necesario adentrarse en tantos puntos y comas, en razón a que todos lo están observando.

El tema central hace alusión a la necesidad de aprovechar la oportunidad que este nuevo gobierno pueda brindarle al departamento del Chocó y para eso, debe existir una corresponsalía de parte de quienes dirigen esta comarca, porque no puede ser, que se genere lo mencionado en columna anterior y que titulé “Apropósito de una Goleada”. Allí me referí al cambio de técnicos del fútbol en nuestro campeonato nacional, en el cual-cuando a un técnico le va mal, lo despiden y entonces otro equipo contrata al despedido buscando solucionar lo que no pudo lograr en el equipo del cual fue el último timonel, y entonces, no hay posibilidad de mejorar nuestro balompié, convirtiéndose todo en un círculo vicioso de mediocridad; terminaba esa columna invitando a una reflexión respecto de lo que acontece en nuestra tierra. Lo anterior, para significar que el presidente y su vice pueden darnos todo el oro del mundo, las riquezas que quiera, pero si no aparece una corresponsabilidad por parte de quienes tienen la posibilidad de apostarle al departamento o al Municipio de manera positiva, no habrá negra(o) que valga, así tenga el más alto cargo en el nuevo gobierno.

Dijo la vicepresidenta que ese cargo y sus realizaciones, va muy ligado a las misiones que le asigne el señor presidente y en eso tiene razón; es decir, no se puede esperar que ella haga milagros desde la vicepresidencia, y si a ello se le suma la falta de responsabilidad por parte de los administradores, apague y vámonos. Y esto va para todo el territorio habitado por nuestros corraciales, pues en otros lares también duele el estado de cosas. La invitación apunta entonces, a ser consecuentes con el trabajo y el ejemplo de nuestra vicepresidenta, a efectos de aprovechar las oportunidades que ella y el señor presidente, muy comprometido con el Chocó, ofrezcan para el desarrollo de los pueblos habitados por afrodescendientes e indígenas, tan necesitados también de desarrollo y de responsabilidad.

*Yesid Francisco Perea Mosquera, abogado de profesión, posgrados en derecho penal y criminología, y en derecho laboral y seguridad social de la universidad Libre de Pereira; Máster en derechos humanos, derecho internacional humanitario y derecho operacional de la universidad Antonio de Nebrija de España.

Entre las muchas cosas que pude ver en el acto de posesión del hoy Presidente Gustavo Petro, la más protuberante, la más grande, la más importante fue una ausencia.

Entre las sonrisas alegres y perfectas de los dirigentes afros de la actualidad y la belleza de colores africanos en los trajes de mujeres magnificas, preparadas, inteligentes y capaces, note una ausencia.

En la mano levantada para hacer un juramento que cumplirá porque la mística condiciona su dignidad, vi a una vicepresidenta afro alzarse en el horizonte, la alegría de verla ahí, en ese momento, en ese lugar dispuesto por la Historia para los pueblos afros del mundo, no fue completa porque sentí una ausencia.

En las banderas y las danzas que llegaron a la plaza alegres y victoriosas, flameando como llamas que hicieron un largo camino desde el interior del sol para emerger en forma de luz en el espacio, sentí una ausencia.

Una ausencia con forma opaca en los ojos, un espesor de cejas atrapadas, una quietud de pestañas húmedas, unas imágenes inciertas de sombras que se rehúsan a desparecer. Entre símbolos y colores, entre sonrisas y manos levantadas, sentí una ausencia…faltaba en la plaza, con la bandera más alta y el viento más fuerte, Ventura Díaz. Ventura Díaz Ceballos. Allí no estaba. Su alma de toro invencible estaba ausente. Estaba ausente entre al amor y el respeto de Zodelia Mosquera y las canas aladas de Daniel Arias. Lo encontré al final, en un rincón, en un andén, en la última sombra de una fotografía, mientras decía con sus movimientos suaves y sus convicciones firmes un poema de Miguel A. Caicedo.

Allí estabas, Ventura hermano, solo tenía que buscarte en mi nostalgia. Allí estabas para escuchar con tus oídos y los míos un sonoro: ¡por fin!, ¡Por fin somos gobierno!

*Mario Serrato Valdés. Abogado, docente universitario, columnista de opinión, presidente de la Academia de Historia del Chocó, defensor de derechos humanos y formulador de proyectos sociales.

Hay que ignorar con sevicia la historia de Colombia –al menos negar esta guerra de guerras– para ser ciego e inmune a la belleza de la posesión presidencial de este domingo. Hay que desconocer el hambre, la desigualdad grotesca que tendría que haber sido nuestra gran vergüenza desde el puro principio y la violencia que ha traído el empeño de montar una nación, a sangre y fuego, a pesar de la diversidad y a pesar de los hechos, para sentirse ajeno a ese país de tantas razas y de tantos corajes que se ha tomado el cambio de gobierno como un cambio de suerte. Hay que ser de lata para no estremecerse mientras la senadora Pizarro, la hija de aquel revolucionario asesinado luego de haber hecho la paz, le cuelga la banda tricolor al presidente Petro entre la alegría y el duelo. Hay que haber llegado tarde al drama colombiano, como el mandatario corto e improcedente que se está yendo, para entorpecerle al gobierno nuevo el deseo de tener la espada de Bolívar sobre el escenario.

Por qué tiene sentido que aquella espada esté allí, como un mito en la tarima de la posesión, custodiada por un par de soldados de nuestra independencia: porque el prócer malogrado se la dejó a la reconciliación del país; porque el M-19 –ese grupo guerrillero estrepitoso e irreverente, nacido en las elecciones robadas de 1970, al que alguna vez perteneció el presidente nuevo– empezó su balada revolucionaria por robársela al ejército nacional; porque luego pasó de guante en guante, del poeta León de Greiff al poeta Luis Vidales, de los comandantes encapuchados a las figuras trágicas de una izquierda resignada al martirio, hasta que los pactos de paz de finales de los años ochenta convencieron a esa guerrilla de que les había llegado al fin la hora de devolverla: Navarro, el líder que recogió las banderas de Pizarro, se la entregó al gobierno de turno cuando este país más parecido al país empezaba a sacudirse el ninguneo.

Tiene que estar allí la espada de Bolívar, aunque el gobierno saliente se niegue a prestarla, aunque Petro se vea obligado a pedirla un minuto después de ser llamado “presidente”, aunque cada colombiano se tome el símbolo a su modo, porque se están cumpliendo treinta años ya de aquella paz que fue a dar a la premonitoria Constitución de 1991: porque esta presidencia puede ser la prueba reina de que no hemos sido un país en vano.

Hay que andar enfrascado en la lógica de la supremacía para sentirse amenazado por ese discurso de veintiún páginas, un vaivén de los lugares comunes a los hallazgos, que está leyendo el presidente nuevo bajo un sol que sabe bien cuándo salir. Hay que vivir fuera, en el primer mundo de Colombia, para mirar de reojo el decálogo justo –paz, cuidado, igualdad, diálogo, escucha, defensa, integridad, ambientalismo, producción, ley– que está proponiendo en la plaza de piedra que lo ha visto todo. Esto no iba a pasar. Cuando uno era niño aquí, en la tierra de “puso una bomba en un avión”, “lo mataron por hacer un autogol” y “disfrazaron el cadáver de guerrillero para ganarse una medalla”, pronto le llegaba la noticia de que había nacido y vivía en un purgatorio sin salida: “Esto no es serio”, “esto es inviable”, se decía. Se encontraba la felicidad en puntillas y de puertas para adentro. Se imaginaba, sin perder de vista lo improbable que podía ser, un discurso presidencial que dijera la verdad: este.

Tenemos futbolistas. Tenemos ciclistas. Y tenemos expertos de cafetería, de talla olímpica, en arreglar el país. Sí, hemos decretado por turnos, en las tiendas de las esquinas, qué hay que hacer: no todos hemos fantaseado con las mismas soluciones, ni más faltaba, pero muchos hemos ima…

*Ricardo Silva Romero. Escritor bogotano, documentalista, premio nacional de poesía, comentarista de cine y columnista de importantes medios nacionales y extranjeros. En abril de 2007 fue elegido por la organización del Hay Festival como uno de los 39 escritores menores de 39 más importantes de Latinoamérica.

La expectativa es enorme, todos, con una enorme esperanza soñamos con que el nuevo Gobierno lleve al país a un mejor puerto. Las cosas no son fáciles, pero los indicadores empiezan a señalar el camino.

La fuerza de este nuevo Gobierno es tal, que se siente, en una semana de estar en el Poder se ha hecho más que lo realizado en los 4 años del Gobierno anterior. No es para menos, una de las tesis más fuertes del discurso de posesión es invitar a los países latinoamericanos a unirnos, como bloque, para renegociar la impagable deuda externa que tanto nos cuesta debido a la magnitud y a los intereses que ella genera.

El Banco de la República, liderado por Leonardo Billar, indicó que la deuda externa alcanza a marzo de 2022 el 49,4% del Producto Interno Bruto, que nominalmente corresponde a U$175.070 millones de dólares.

Sin ser economista, me atrevo a asegurar que la mitad de lo que produce el país, se va en pago de deuda, en un sentido más coloquial, la mitad del pan de $500, se debe utilizar para el pago de la deuda y así con todo lo que producimos en el País.

«Si el FMI ayuda a cambiar deuda por acción concreta contra la crisis climática, tendremos una nueva economía próspera y una nueva vida para la humanidad», aseguró el mandatario en la posesión.

Por eso los países latinoamericanos deben buscar la unión como bloque, para que ser escuchados. El lobby en este sentido debe iniciarse para buscar opciones al pago de la deuda, ya que con esos recursos se facilitan las inversiones en el territorio y sobre todo en la Colombia profunda que tanto los necesitamos.

Esta invitación de unión entre los países latinoamericanos, puede ser el comienzo para crear una comunidad económica, con libre circulación de personas, capitales y mercancías, abolir los pasaportes para ingresar a los países que formen parte de la unión, ampliar el sueño del libertador Simón Bolívar de la Gran Colombia.

Europa lo logró, duraron 50 años trabajando en la Unión, hasta lograr el acuerdo de la moneda única europea, el Euro, que empezó a circular el 1 de enero de 2002. El camino fue largo y lo hicieron para prevenir una confrontación como la de la segunda guerra mundial, ese antecedente fue determinante para que los países se unieran.

El tratado de Roma dio origen a la Comunidad Económica Europea en 1957, en ese mismo año se firmó el tratado constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica y finalmente el tratado de Maastricht se firmó en 1992 y entró en vigor en el 93.

El experimento de unión ya se hizo, ha sido un éxito, porque no intentarlo si es lo mejor para los países negociar como bloque, que como país. Es una reflexión sobre la que vale la pena incidir. América Latina tiene muchos motivos para estar unida.

*Comunicador Social, Politólogo e Internacionalista.