En el escenario judicial la conocen como la “dama de oro”. Y a la hora de exponer sus tesis jurídicas frente a los jueces, fiscales y colegas lo hace con vehemencia, respeto y conocimiento. A tal punto que la mayoría de sus prohijados regresan a sus casas. Unos con detención domiciliaria y otros librados de toda culpa. Dice que allanarse “es de cobardes”.

Ella se viste como el oro. El siempre amarillo de sus prendas alumbra su rostro de piel afro. Es su gusto favorito porque nos cuenta que le imprime seguridad, colorido y belleza.

El cuerpo de reina que algún día desfiló en su colegio de Riosucio Chocò, aún lo conserva con unos kilitos de más que le quedan muy bien. Cuando llega a las audiencias los hombres fijan su mirada, suspenden el aliento y las mujeres la admiran de arriba a abajo.

Su amabilidad y cortesía van plegadas a su piel de ébano que cuida con finas cremas y refresca en los ríos del Chocò, cuando se va de paseo con sus familiares.

Aunque inició recibiéndose como enfermera superior, luego de egresar del Instituto Femenino de Educación, de Quibdó, su pasión es el Derecho Penal. Por ello, le reveló a su madre que no ejercería la profesión dentro de un hospital por su recelo al dolor que se vive en los centros asistenciales.

Natalia Estacio Cortés, que no supera los 35 años, es una abogada especialista en Derecho Procesal Penal y en el país, es una de las más jóvenes expertas en legislación minera.

Su capacidad y cada vez más versada en temas relacionados con el medio ambiente, la han ubicado en los altos escalafones de los juristas especializados en defensa de causas mineras

Por eso cuando los organismos de Policía, Sijín y Ejercito capturan a los mineros acusados de ejercer minería ilegal, su nombre es conocido en los estrados judiciales de Cali, Medellín y Bogotá como una de las más eruditas para amparar sus derechos y demostrar la inocencia de sus acusados ante la fiscalía

Jueces y fiscales la conocen como la “dama de oro”. Y a la hora de exponer sus tesis jurídicas frente a los jueces, fiscales y colegas en los estrados, lo hace con vehemencia, respeto y conocimiento. A tal punto que la mayoría de sus prohijados regresan a sus casas. Unos con detención domiciliaria y otros librados de toda culpa. Dice que allanarse “es de cobardes”.

Sobre esta premisa, objeta que a los mineros capturados fuera de Bogotá los presiona la urbe capitalina, desconocida para ellos. Y los fiscales parten del hecho que son culpables, que son criminales contra el medio ambiente y colocan sobre la mesa y sus oídos altas penas que superan los 12 años.

Y es allí, recalca, en la etapa primaria de la audiencia donde los abogados se asustan y el pavor los conduce a allanarse. Decisión que deja inculpado y posteriormente condenado a quienes lo único que han hecho es ejercer la minería bajo el amparo de un título minero otorgado por el Consejo Comunitario de la zona, como es el caso del Chocò.

Advierte que la mayoría de los administradores de justicia no conocen la ley 70 de las negritudes y la geografía del Pacífico Colombiano y en especial de zonas como río Quito, Guapi y Tumaco que han desarrollado sus pueblos a partir de la ancestral práctica cultural minera. Y ese desconocimiento de la realidad hace que las decisiones muchas veces no favorezcan a mis prohijados

No se explica, subraya, porque la fiscalía general de la nación, de manera arbitraria ordena capturar a los mineros bajo la sindicación de atentar contra el medio ambiente y ejercer minería ilegal. Dice que la mayoría de sus clientes cumplen con el pago de impuestos, declaran renta, cumplen con la seguridad social de sus empleados y tienen su título minero avalado por Ingeominas, entre otras exigencias de ley.

la abogada Natalia Estacio hace un alto, durante la audiencia en defensa de los mineros, en las instalaciones de Paloquemao en Bogotà/ foto. CalidadSànchez

la abogada Natalia Estacio hace un alto durante la audiencia en defensa de los mineros, en las instalaciones de Paloquemao en Bogotà/ foto. CalidadSànchez

“En el Chocò se viene haciendo minería desde 1916 por lo tanto la fiscalía no pueda acusar a mis defendidos ni a ningún minero por el delito de contaminación ambiental a base de mercurio”.

Al respecto, sustenta que no se ha podido demostrar desde el ente acusador que a partir del ejercicio minero los ríos del país y en especial los del Chocò son contaminados con mercurio, puesto que tendrían que existir unos estudios que demuestren que antes del inicio de la práctica minera de mis defendidos, las vertientes hídricas se encontraban desprovistas de la sustancia contaminante. Y es allí donde la fiscalía se equivoca y debe corregir en el estrado esta inexactitud en la imputaciòn de cargos

“Recuerde usted periodista que la contaminación también la están originando la quema de las maquinarias en los entables, por parte del ejército”

Como si se tratara de una exposiciòn defensorial, Estacio Cortès insiste en que el minero hace parte de la problemática social del país y no se le puede mirar como un criminal o un delincuente. Las falencias del Estado no pueden convertirse en elementos probatorios para la fiscalía.

Remarca esta bella mujer, que el daño causante a decenas de familias es de altas proporciones. La captura de sus clientes que son cabezas de hogar, desestabiliza éstos núcleos sociales y hace mella en sus hijos y hermanos.

Nos invita a escuchar el ejemplo de los mineros de río Quito y Caucasia capturados en el pasado mes de junio, Salín Cure, Jimmy Villegas, Deivi Torres, Jorge Charrasquiel, Antonio Calvante y Jhonis Vega, quienes, según ella, corresponden a núcleos familiares de gente decente y trabajadora, sin antecedentes penales. Sostiene que el el único error que cometieron fue haber creído en los títulos de exploración y explotación que les otorgó los Consejos Comunitarios legalizados ante las autoridades y las licencias desde Ingeominas.

Parte de su grupo de trabajo en su oficina de Quibdò/ foto: CalidadSànchez

Parte de su grupo de trabajo en su oficina de Quibdò/ foto: CalidadSànchez

La abogada de los mineros se ha convertido en una amiga inseparable y consejera de otros juristas, dada su experticia en el área penal-minero. Las cordiales relaciones de respeto e independencia con los fiscales y jueces hacen que crezca su simpatía. “siempre le digo la verdad a mi cliente”, dice sonriente

La doctora Natalia, como le dicen sus contratantes posee una confortante oficina que funciona como un bufete de 15 profesionales, entre abogados, secretarias, investigadores, consultores financieros, contadores y auxiliares que lidera esta mujer chocoana de altruista calor humano y una solidaridad por el desprotegido.

Este despacho privado está ubicado en la carrera tercera del centro de la ciudad, contiguo al antiguo Telecom de Quibdó.

La “dama de oro”, nos despidió con un milo caliente y el aroma de heliconias, tan amarillas como su ceñido vestido. El color rojo del confortable sofá nos invita al regreso


Aquí en privado


Es hija de Norma del Carmen Pérez Rodríguez y de José Julián Estacio Cortés. Estudio en la Escuela de Niñas de la Presentación de Riosucio. Egresó como bachiller del IFEMP de Quibdó. Es abogada titulada de la Universidad Tecnológica del Chocò y especialista en Derecho Penal Procesal de la Universidad Cooperativa de Colombia. Actualmente hace una maestría en Derecho Penal en la Fundación Universitaria Claretiana. También es enfermera titulada del Chocò. Tiene en su haber tres diplomados en legislación minera. El pollo y el pescado son sus comidas favoritas. Extraña a su río Atrato allá en Riosucio. Prefiere el amarillo del vestido porque el color le da fuerza. Reproba la deslealtad. Señala que el miedo es el peor enemigo del abogado. Allano a mis clientes hasta que la fiscalía demuestre con pruebas que mi defendido si cometió el delito. Le temo a la cárcel y los defensores tenemos la responsabilidad ètica de decirle la verdad al cliente.