LOS NEGOCIANTES DE VOTOS

Por José María Daza Sánchez*

Unos de los delitos electorales que menos se investigan y castigan, pero que tienen una de las mayores prácticas, son el del tráfico de votos y el de corrupción al sufragante. Pese a estar tipificados en el código penal, difícilmente se conoce de capturados por cometerlos, tanto en el que compra como en el que vende el voto.

Ya estamos viendo el movimiento de los mal llamados “capitanes y líderes barriales” visitando las sedes de los candidatos a las próximas elecciones para elegir alcaldes para obtener las dádivas para “respaldarlo y acompañarlo”.

Llegan pidiendo que les arreglen vías, espacios o les patrocinen eventos. Pésima práctica que, por lo menos en el Chocó, no sé qué politiquero inició con esa actitud, ante la falencia de inversión de las administraciones oficiales locales se generó y convirtió en un bumerang.

¡Posteriormente, continúan la “extorsión” pidiendo que, para refrigerios para organizarle al candidato una reunión con la comunidad y siguen en los días cercanos a las elecciones que, para un incentivo, que, para el refrigerio, que, para el transporte, que, los cincuenta o cien por el voto y así es en cada elección, para después de elecciones ver que no se obtuvieron los votos ofrecidos, porque hasta lista de votantes llevan!

“Tráfi­co de votos: El que ofrezca los votos de un grupo de ciudadanos a cambio de dinero o dádiva con la ­finalidad de que dichos ciudadanos consignen su voto en favor de determinado candidato, partido o corriente política, voten en blanco, se abstengan de hacerlo o lo hagan en determinado sentido, incurrirá en prisión de 4 a 9 años y multa de 400 a 1.200 salarios mínimos legales mensuales vigentes.”

 “CORRUPCIÓN DE SUFRAGANTE: El que celebre contrato, lo condicione, prometa, pague o entregue dinero, dádiva u ofrezca beneficio particular con el propósito de que un ciudadano sufrague por un determinado candidato, partido o corriente política, o para que se abstenga de hacerlo, incurrirá en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años y multa de doscientos (200) a mil (1.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Así mismo, incurrirá en este delito el sufragante que acepte la promesa, el dinero, la dádiva, el contrato, o beneficio particular con los fines señalados en el inciso primero.”

Y así en el círculo están también los financiadores o prestamistas de dinero para el “día de cierre”. Le “prestan” al candidato un dinero y lo condicionan a que debe entregarles las secretarías que mueven el monto más grande de presupuesto, como hacienda, salud y educación. Con eso y ya está demostrado con el actual gobernador, sacan multiplicado ese dinero a través de contratos leoninos como capacitaciones u obras que no culminan, se adjudican el Programa de Alimentación escolar – PAE, en fin, absorben la mayoría de los recursos del ente territorial, llámese gobernación o alcaldía. Y éstos por llegar al poder, empeñan lo que sea.

Difícil acabar con esta corrupción al elector y a los políticos, porque entonces el que no da plata es un “vaciado” y entonces, ¿a que es que va a aspirar sin plata?

De existir la aplicación efectiva de la ley a través de una fiscalía, no de carriel como la actual y una justicia, que también se dedicó a ayudar a engavetar procesos de los corruptos, otro gallo cantaría.

*Economista de Empresas con especialización en Finanzas Públicas. Periodista en la Voz del Chocó y Caracol Quibdó. Ex catedrático de la Universidad Tecnológica del Chocó, además en especializaciones en la Universidad Remington y Fundación Andina.

Por Yesid Francisco Perea Mosquera*

Haciendo honor a la necesidad de estar permanentemente informado, aspecto al cual debemos estar ligados los abogados, fui a dar con un video ilustrativo hasta más no poder, respecto de las múltiples dificultades por las cuales deben atravesar quienes se atreven a cruzar la selva del Tapón del Darién, en la intención de llegar a la vecina República de Panamá, como paso previo para conseguir la meta final, la cual consiste en llegar a los Estados Unidos,  buscando mejores condiciones de vida, aquella esquiva en su lugar de origen. Las imágenes muestran al Municipio de Necocli en Antioquia, como el lugar receptor de migrantes provenientes de los más alejados lugares como, por ejemplo, Bangladés, o salidos de Haití, o del continente africano; es decir, a esta población antioqueña llegan personas de todas partes del mundo buscando mejores condiciones de vida.

Al llegar al citado municipio de Necocli, comienza la búsqueda de los medios que habrán de llevarlos a Capurganá, corregimiento de Acandí en el Chocó, desde donde dejan territorio colombiano para, después de muchas vicisitudes, arribar a la vecina República de Panamá. Antes de abordar el bote para atravesar la distancia entre Necocli y Capurganá, trayecto de más o menos dos (2) horas sobre lanchas impulsadas hasta por cuatro motores de 200 caballos cada uno, deben negociar con las personas cuyo compromiso incluye la guía y acompañamiento hasta un punto receptor de migrantes, denominado Canaán Membrillo, mismo habitado por una comunidad indígena del vecino país. Quienes logran llegar a esta comunidad pueden decir que pasaron las peores dificultades, pues han transcurrido para el efecto, por lo menos entre 4 y 5 días, con sed, hambre, dolor, pérdidas humanas, encuentro con cadáveres en descomposición, extravíos en la selva húmeda y espesa del tapón del Darién, a lo cual debe sumarse la presencia de animales salvajes a lo largo y ancho de las trochas, al acecho, también buscando cómo sobrevivir, sin dejar de lado a los atracadores.

El acompañamiento de los guías se pacta para que se dé durante los cuatro o cinco días siguientes, a partir del corregimiento de Capurganá, lugar donde se abastecen de agua y alimentos; pero los conocedores de las trochas actúan sin misericordia y desde el comienzo muestran su único interés: el dinero, y a esta conclusión se llega, cuando los sobrevivientes de tan inhumano recorrido dicen que al siguiente día ya se han quedado sin comida, sin bebidas y sin guías. Y esto ocurre, por cuanto, antes de salir, les dicen a los incautos-que son todos- que la travesía tan solo dura un (1) día y entonces los migrantes, que siempre son nuevos en la aventura, se aperan para un día y sucede que son muchos más, y para culminar el camino, deben soportar altísimas temperaturas, con humedad, terror y niños a cuesta. La verdad es que lo mostrado por medio del video da dolor, mucha tristeza y nos enseña las historias más tristes que usted, amigo lector, se pueda imaginar. Por ejemplo, se observa a una niña de 10 años aproximadamente que, ante una poderosa lluvia, a las pocas horas de haber iniciado el recorrido y frente a la humedad, el agua torrencial y el pantano, no puede seguir caminando y comienza a avanzar gateando; desde luego, no puede seguir el ritmo de los demás y sus padres, que tampoco conocen la ruta, no pueden abandonarla y entonces, como no hay otro interés que el dinero, se quedan solos en una selva inhóspita, llena de animales salvajes, sin alimentación, con lluvia y sin el guía, quien- para ese momento- seguramente ya abandonó la caravana.

Las imágenes muestran un río crecido en medio del camino, el cual debe ser atravesado con las voces de aliento de quienes ya lo hicieron o al menos de los que tienen la seguridad de no haberlo intentado aún, pero la fuerza de la corriente termina arrastrando a una madre y su niño y solo se escuchan los gritos de quienes están en las respectivas orillas, con angustia, pero sin poder ayudar; no supe sí pudieron salvarse, pero la fuerza de las aguas auguran lo peor; y qué no decir de la niña que se cae desde la parte superior de una montaña, cae al precipicio y muere, y sus padres, al presenciar esa dantesca escena, deciden ahorcarse para no dejar sola a su pequeña hija. Son historias terribles narradas por hombres y mujeres, cuyo relato se ve interrumpido a cada rato por el llanto que les produce esta situación. Todos quienes lograron atravesar aconsejan ni tan siquiera intentarlo, menos los famosos guías.

Por John Luna Rengifo*

En pocos días se estará dando inicio a la era del economista Gustavo Petro como presidente de los colombianos, de quien esperamos con mucho entusiasmo, cambie el rumbo de nuestro País manera positiva, el nuevo presidente hace una semana tomó la decisión de honrar al departamento del Chocó con la designación de uno de sus hijos, el ingeniero Luis Gilberto Murillo Urrutia como responsable de la embajada de Colombia ante el gobierno de los Estados Unidos, algunos chocoanos inclusive, han levantado su voz de descontento al considerar que el doctor Murillo Urrutia no ha demostrado compromiso importante con nuestro departamento, especialmente por sus acciones y comentarios sobre los temas de la salud durante su paso por la cartera de Ambiente en el gobierno Santos, al respecto, considero prudente tapar el espejo retrovisor y esperar por lo menos dos situaciones, la primera que el señor presidente electo no haya «despachado» al Chocó con esa designación, pues hay muchas mentes claras y capaces de chocoanos con la capacidad de asumir responsabilidades aunque menores en el andamiaje del Estado en el ámbito nacional y regional, al igual que las grandes expectativas que tenemos por las importantes inversiones que requiere el abandonado departamento del Chocó para una verdadera era de desarrollo y que, dicho sea de paso, aportó electoralmente el mayor porcentaje en favor de un candidato presidencial. En segundo lugar, es de esperar que el nuevo embajador ante el gobierno americano, sabrá resarcirse de sus posibles omisiones del pasado y hablarle al oído del mandatario en ejercicio para que el departamento del Chocó logre su despegue definitivo y se posicione en el contexto nacional e internacional.

Al exministro chocoano designado embajador no le faltan capacidades para que ponga sus buenos oficios a prueba y pueda recuperar sus credenciales y confianza, si es que las ha perdido, aquellas que en otrora lo llevaron a lograr el agrandado fervor popular que lo llevó al primer cargo del departamento. Es el momento de unir voces a favor de los nuestros, de solicitar y si es el caso exigir, no es el momento de choques ni descalificaciones, es el momento de mirar hacia el mismo punto, independientemente que ese punto haya estado perdido en el horizonte por mucho tiempo. Dejemos el juzgamiento para la historia. Por ahora.

^{*John Luna Rengifo, economista, ex docente e investigador universidades, Tecnológica del Chocó, Antonio Nariño y Tecnológico de Antioquia}

Por Erlin Abad Palacios Moreno*

Hace algunos años quien estas líneas escribe, preocupado por la situación de violencia civil, política y económica de nuestro país, la carencia de un Orden estable por la influencia de grupos insurgentes  y el surgimiento del narcotráfico como un contrapoder del estado, inicio a escribir un libro bajo el epíteto de “La Revolución Pendiente”, esta obra estuvo suspendida ya que los acontecimientos cada vez más desconsoladores  me indicaban que los derechos predicados en las grandes revoluciones  cada vez eran más efímeros en nuestro orden institucional y ese sueño de una revolución pendiente para nuestro país se había quedado en la constitución de 1991 sin líderes que la representen, ese desengaño me hizo perder inspiración, hoy cuando surge una esperanza real representada ideológicamente en el pacto histórico y bajo el liderazgo de un hombre sencillo y diminuto en ambiciones  personales pero gigante en ideas de advenimiento  progresistas  y  libertarias con claridad de la dimensión del teorema social y de la realidad de nuestra república, un ciudadano humanista que encarna la sangre del colombiano de bien  vuelve a mi mente la inspiración y el sueño de una Colombia humana y de la realización de una revolución democrática atreves  de las urnas electorales que comenzó con un estallido social ejemplo de civilidad en este siglo por cuanto esta revolución pendiente no es una revolución de armas si no de ideas  así llamada por Rafael Uribe Uribe donde florece para el mundo colombiano el ideario de justicia social una era de paz que tenga como fundamento el surgimiento de las artes, las ciencias, la cultura, la educación, el rescate de los valores, el cuidado del medio ambiente, la recuperación económica y la recomposición del tejido social que ponga atreves de la familia la recuperación de la  base de la sociedad.

A propósito de la conmemoración del día de independencia y el cambio de gobierno que se avecina quiero poner en el primer escaño de la atención el tema del estado y la sociedad, la pregunta que surge entonces es como será esa transición, cuáles serán sus principales cambios, como se inter relaciona con la sociedad política, esto nos introduce al tema de los sistemas políticos que para Kaplan deriva en un sistema de acción o conjunto de variables relacionadas entre sí tanto externa como internamente que logran su equilibrio gracias a un cuerpo de normas que constituyen un orden político, el panorama entonces es alentador pues el sistema político colombiano tiene como característica fundamental la estabilidad y un sistema estable es sin duda un sistema democrático, no obstante las instituciones políticas colombianas tienen de cara a este nuevo gobierno un reto para regular el conflicto social y político que atraviesa nuestro país y es regresar la tranquilidad y la moralidad pública, por cuanto considero es la única forma de garantizar la estabilidad, el respeto de los derechos y la dignidad solo así se pueden enfrentar los nuevos desafíos y llegar a un consenso sustancial en la medida en que se tomen decisiones coherentes con una línea clara de autoridad y exista un compromiso entre las elites burocráticas  de perseguir los objetivos  que demanda la sociedad de cara a una inclusión real y la eliminación de barreras al conocimiento y el desarrollo de proyectos que propendan por conservar la vida.

*Erlin Abad Palacios Moreno. Abogado nacido en Quibdò con especializaciones en Administración Pública, Docencia Universitaria, Derecho Público y candidato a Doctor en Economía y Gobierno de la Universidad Internacional Meléndez Pelayo en Alianza con el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset de Madrid – España.