El dirigente advierte que la vida animal, los dos mares, ríos, senderos, ciénagas y la supervivencia de las comunidades, están más amenazadas que nunca en el departamento del Choco.

El también empresario y economista, inicia diciendo que las acciones a favor del medio ambiente y de la biodiversidad se han convertido en un discurso inservible.

Manifiesta que por todas partes escucha planes y programas enfocados a la biodiversidad; que Chocó biodiverso, que bla, bla, bla. “Repetimos como loras mojadas este discurso, solo por estar a la moda, o lo hacemos con tanta inconciencia que no pareciera que sepamos de qué estamos hablando, enfatiza.

El AfroBogotano escuchó cada una de sus inquietudes. Entrevista.

El AfroBogotano– ¿Cuál es la situación de los cuerpos de agua del Chocó?

Carlos Castillo.- Nuestro bosque está seriamente amenazado, nuestros ríos y quebradas están de manera exagerada contaminadas y desapareciendo con rapidez  y, nadie pareciera darse cuenta de la amenaza que nos quita el derecho a vivir en ambiente sano y saludable, a juzgar por las pocas y endebles medidas de protección por parte de las autoridades competentes.

El AfroB ¿Y qué es lo pasa con los reservorios y parques naturales de su región?

C.C. – La tierra que ocupa el Chocó, es bendita. Si aceptáramos la altitud de 4.000 metros que dicen tener el parque Tatamá, tendríamos los cinco pisos térmicos. Aunque el 90% de la población vive por debajo de los 1.000 metros sobre el nivel del mar, en el piso cálido; además del mencionado parque y reserva natural, tenemos otros tres emporios de oxígeno, flora y fauna:  Katios, Utria y el parque de Flora y Fauna de Acandí, con sus nidos marinos de Playón y Playona.

El Chocó, de manera privilegiada tiene más inventarios como el sitio Ramsar, el delta del rio Baudó y ríos y cascadas por toda la geografía regional. Sus dos mares, ciénagas, variados ecosistemas, fauna endémica y sobre todo, un bosque que guarda los secretos de la cura de enfermedades modernas.

Este catálogo ambiental y biodiverso, único en el mundo, está condenado a su extinción.

El AfroB ¿Y las autoridades como Codechocó, el Instituto de Investigaciones y Ministerio de Ambiente, que han hecho al respecto?

C.C. – La autoridad ambiental, ha sido indiferente y muy débil en la prevención de los desmanes a la naturaleza. Y de contera, permanentemente se escuchan comentarios sobre actos de corrupción en detrimento del medio ambiente. Las autoridades de policía se escudan en esta falta de control y se declaran sin competencias para ejercer autoridad. Conclusión de todo esto, un caos y descontrol total que lesiona nuestro mayor patrimonio, la naturaleza.

 Por lo anterior, estamos ante una desbandada de inhumanos que sin rubor alguno, talan, envenenan ríos y lanzan basuras a placer. Sumado a su brutal y criminal conducta, se aprovechan del no control de las autoridades territoriales, quienes, por un puñado de monedas otorgan permisos de explotación minera a los consejos comunitarios. Entidades cómplices de la barbarie, violando uno de los mandatos contemplados en el  decreto 1745 de 1995 que habla de conservar el medio ambiente. “Si esto sigue así, los mares, aves, ríos y quebradas del Chocó, se van a morir de sed”

El AfroB – ¿Y que nos cuenta de Capurganá y el resto de la zona del Darién Chocoano?

Aquí le entrego éstas imágenes que apoyan mi denuncia. Son restos de los Caracolíes derribados sin misericordia, en Capurgana. En Acandí, los colonos Antioqueños talaron y deforestaron los ríos Tolo, Neca, Arquipí, Guatí y Acandí entre otros. Hace pocos días y con la complicidad de la administración y algunos nativos, se contaminaron los ríos Acandí, el muerto y Acandí Seco, por la acción irresponsable de la minería. Fue necesaria la acción del Ejército Nacional, para detener esta depredación.

Estamos ante una desbandada de inhumanos que sin rubor alguno, talan, envenenan ríos y lanzan basuras a placer. Sumado a su brutal y criminal conducta, se aprovechan del no control de las autoridades territoriales, quienes, por un puñado de monedas otorgan permisos de explotación minera” Carlos Castillo Ayala. 

El AfroB.- ¿Y de las dragas que decomiso el Ejército Nacional en el rio Quito y otros afluentes del Atrato?

C.C.- Quien no recuerda el espectáculo de las 14 dragas decomisadas por el Ejército Nacional y parqueadas al frente de Quibdó, que un tiempo después desaparecieron. La corrupción las devolvió a sus dueños en algunos casos, o se entregaron a administraciones que les dieron un uso perverso. Consecuencia de ello, la terrible alteración e irreparable daño del rio Quito.

El AfroB.- ¿Y quiénes son los culpables?

C.C.- Si hay que señalar responsables primarios y secundarios, son los alcaldes, Codechocó, gobernadores y aquella gente que teme denunciar, no sabiendo que con su silencio patrocina y es cómplice de la barbarie contra el medio ambiente. Hay que recordarles que nos están quitando el agua pura primordial para la vida nuestra y del ecosistema.

El AfroB.- ¿Y los entes de control, universitarios, ONGs ambientalistas y otros dolientes, que dicen, que han hecho?

C.C.- Me haría extenso en señalar los daños ambientales causados por una combinación de factores, desde corrupción, hasta malas políticas. La intención es llamar la atención a la procuraduría, fiscalía y contraloría. La fragilidad de nuestra selva y sus recursos están de muerte, los hechos lo demuestran. En ese sentido, la Universidad Tecnológica del Chocó, anuncia un seminario internacional para el mes de octubre y ruego que el tema sea abordado.

Es necesario fortalecer una estrategia y endurecer penas, porque de seguir como vamos; no vamos a tener que mostrar en renglones fuertes como el turismo, duramente golpeado por esta emergencia y amenaza ambiental en el Chocó,

El mercurio de los ríos en Quibdó hizo que los pescadores guardaran sus atarrayas.

Así tituló la Revista Semana-Sostenible, hace pocas horas. Describe el medio de comunicación en sus apartes:

El uso descontrolado de este metal pesado para obtener oro ha envenenado el Atrato y el Quito hasta el punto que, por miedo a enfermarse, ya muy pocos se atreven a buscar peces en sus aguas.

Esa minería llegó hace como 20 años al río Quito, y se concentró en sitios como Villa Conto, San Isidro y Paimadó, ubicados a 30 kilómetros de Quibdó (a tres horas de distancia por agua), donde hay mal contadas 20 dragas o dragones que sacan oro”.

Rentería asegura que hace cinco años la comunidad del sector abandonó por completo la pesca al conocer las nefastas consecuencias del mercurio, un elemento químico relacionado con el cáncer y que es usado para separar el oro de la piedra.

“La Defensoría del Pueblo nos advirtió que el mercurio era cancerígeno, y que si seguíamos consumiendo los peces del río terminaríamos enfermos de cáncer. Muchos conocidos de Paimadó, Villa Conto y San Isidro ya padecen de esta enfermedad”.

Ante esta alarma, Jhon Jairo y la mayoría de los habitantes de la capital tomaron la difícil decisión de guardar sus atarrayas y rebuscarse otras opciones para sobrevivir. 


                

Falta de autoridad ambiental, amenaza para el Caracolí.  

A la denuncia de Carlos Castillo, se han unido otras voces ambientalistas como Apreservar, entidad que vigila el medio ambiente en Capurganá y promueve el turismo de la región. Las fotografías corresponden a la reciente tala indiscriminada que se realizó en ese paraje turístico.

La especie es uno de los denominados árboles gigantes de América Tropical, alcanzando los 40 metros de altura y 3 metros de diámetro.

El caracolí se extiende desde el Ecuador, Colombia y las Guyanas hasta Honduras. Es un árbol ribereño del Bosque seco Tropical, sobre las faldas y aluviones en las zonas de vida tropicales del Pre Montaño y húmedas subtropicales, y sobre aluviones en bosque muy húmedo tropical. También en regiones costeras con suelos bien drenados.

Presiones de mayor relevancia para Caracolí e identificación de amenazas directas e indirectas, así como el objetivo para contrarrestar las presiones, se tienen previstas  el  avance de la frontera agropecuaria,  los factores socioeconómicos como el desempleo, la fragmentación de hábitat, tala de árboles y falta de planeación y autoridad ambiental, fueron son entre otras las descubiertas por  el ingeniero forestal  y su equipo de la CAR , en su más reciente investigación sobre el Caracolí, año 2016.

Entre tanto,  Maderas de Colombia, señala: “es un árbol que se encuentra desde Costa Rica y Panamá en Centro América, algunas islas del Caribe y en América del Sur, desde Colombia y Venezuela, hasta Brasil, Guyana y Ecuador. En nuestro país está presente en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca, Chocó, Huila, Tolima, Santander, el nordeste de Antioquia y en las regiones del Magdalena Medio y Amazonía. Crece desde el nivel del mar hasta los 800 metros en bosques secos y húmedos tropicales.

Con la madera caracolí se pueden fabricar canoas, muebles de bajo costo, pisos, viviendas rurales, pilones, huacales y carpintería y ebanistería.