Se durmió queriendo superarse en tierras lejanas de su Turbo natal, y al despertar, se encontró dentro de las cuatro paredes de una cárcel de máxima seguridad. Hoy, es una próspera microempresaria y madre sustituta de jóvenes que estudian y trabajan en el restaurante de su propiedad, allá en Medellín.
Por Antonio Sánchez/ Fotoperiodista.
Es parte de la historia de Diana Patricia Uribe Gamboa, una mujer que, a cambio de sonreír al momento de recibir su pasaporte en una de las oficinas de Migración Colombia, fue capturada por agentes de la Fiscalía General de la Nación. La acusaban de concierto para delinquir, formación y financiación de grupos paramilitares, desaparición forzada y asesinato. La esperaba una pena de 40 años. Por vencimiento de términos se encuentra en plena libertad.
¿El AfroBogotano, – ¿Quién es Diana Patricia y donde nace?
Diana Patricia Uribe, – Nací un 27 de diciembre, hace 49 años en Turbo-Antioquia, al lado de lanchas y barcos madereros en el maravilloso barrio Las Tablitas, vecino del puerto El Wafe. Tuve una infancia feliz, porque todavía podíamos jugar con triciclos para cuatro, elevar cometas, jugar bolitas de uñita, yeimi, pescar y compartir con todos los niños de la plaza de mercado del Wafe.
¿El AfroB, – ¿Y a qué edad resuelve emigrar de Turbo?
D. P. U, – Cuando cumplí los 12 años de edad me desplacé a la mágica ciudad de Cartagena en la lancha de mi abuelo Ricardo Uribe, un transportador de sueños, alimentos y mercancías. Luego de terminar el colegio, estudié administración de empresas en la universidad Jorge Tadeo Lozano. Y Me he caracterizado por ser una mujer alegre, divertida, colaboradora, pujante, emprendedora y por supuesto aventurera.
¿El AfroBogotano, – ¿Y qué otro tipo de actividades realizó en Cartagena?
D. P. U, – Con la ayuda de mis padres y unos amigos logré constituir los 4 restaurantes.
En mi familia encontré la oportunidad de trabajar y ayudarles. Allí, en Cartagena, poco demoré porque llegaron a amenazarme de muerte para apoderarse de las pocas tierras de mi patrimonio, unos terrenos ubicados en áreas de atractiva exploración turística. Esto obligó a que me desplazara a la ciudad de Medellín, después de treinta años de vivir en la Heroica.
Carlos Andrés Córdoba y Sergio Moreno, han logrado sobresalir en sus universidades y en su profesión de atletas, gracias a los consejos y apoyos laborales de Diana Patricia, quien aparece en la segunda gráfica, con otra de sus ahijadas, Maryiris Palma, atleta de la selección Antioquia /foto: archivo privado.
¿El AfroBogotano, – Usted fue y sigue siendo una mujer hermosa, qué fue lo que le pasó en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ¿de dónde se graduó como Administradora de Empresas?
D.P. U, – Las alumnas me eligieron como la reina de la universidad para ir a representarlos en un certamen Nacional, pero, las directivas se opusieron por ser negra. Les resultaba imposible que una mujer afrocolombiana llevara los colores de esa universidad cartagenera, que a decir verdad todos sus directivos son mestizos y pertenecen a la burguesía caribeña.
¿El AfroBogotano, – ¿Pero por qué la estaban amenazando en Cartagena?
D. P. U, – Porque me quería despojarnos de las tierras que con sudor y lágrimas logramos cimentar en un patrimonio familiar.
¿El AfroBogotano, – Y cuénteme como fue y por qué la capturaron en Emigración Colombia?
D. P. U, – Por un falso positivo. Resulta que la delincuencia, que quería despojarnos de las tierras, asesinaron a un hombre y su cuerpo lo abandonaron en nuestras instalaciones, queriendo culparme. Y efectivamente cumplieron su cometido. Mientras estaba haciendo una diligencia en Migración Colombia, me dijeron que tenía una orden de captura por concierto para delinquir, formación y financiación de grupos paramilitares, desaparición forzada y asesinato. Por Dios. Yo no conozco un arma.
¿El AfroBogotano, – ¿Y qué paso?
D. P. U, – Luego de tres días detenida me dejaron en libertad al no tener elementos de prueba. La fiscal apeló y a los tres meses me mandaron a la cárcel de Alta Seguridad del Pedregal en Medellín »por no ser una persona no apta para estar en sociedad», frase traumática para mí, creo que en este largo periodo en la cárcel y desde que empezó este proceso fue la frase que más me tocó asimilar; pues he sido una persona comprometida al servicio de las personas desde que tengo uso de razón; de hecho, en Cartagena, pueden recorrer la ciudad y la gente con que trabaje en el centro, en las calles y mis vecinos podrían dar fe del tipo de ser humano que soy.
¿El AfroBogotano, – ¿Qué se siente en la cárcel siendo inocente?
D. P. U, – La llegada a la cárcel es una de las anécdotas más grandes de mi vida, soy una mujer de gran fe en Dios y en toda su creación, y creo que hay fuerzas positivas y negativas. Siempre hay dos formas de tomar los caminos: en una, te quedas como víctima, llorando, te deprimes y te destruyes, porque no hay nada más difícil para un ser humano que ir a la cárcel siendo inocente; o en la otra, tú dices »una prueba más de esta vida, vamos a ver de qué estás hecho, cuál es tu fe y cuál es tu capacidad de amar y de enfrentar este desafío’‘, no preguntarse ¿por qué? sino preguntarse ¿para qué? y ¿qué hay que hacer con esto?
¿El AfroBogotano, – ¿Cómo fue su relación con las internas?
D. P. U, – La incertidumbre asombrosa de pisar una cárcel me tenía en pánico, por todas las noticias de sangre y miedo que uno ve. Al llegar a la cárcel de El Pedregal, veo a esas mujeres, sumidas en la tristeza y la depresión, y me dije: – «ay no Diana Uribe, algo tienes que hacer por internas. ¿dónde está tu alegría? llegó el momento de usarla» – y entonces les dije- mujeres imagínense que Dios les mandó un mensaje conmigo, que son las niñas de sus ojos, que todas esas cagadas que hicieron hace rato están en el fondo del mar y allá se quedan, que ya es hora de perdonarse y que procuren soñar y programarse para cuando salgan de aquí. Al siguiente día me preguntaban – ¿que nos manda a decir Dios hoy? así que todos los días buscaba una frase de motivación esperanza, alegría y fe en Dios para darles. Esa práctica celestial quedó institucionalizada en el patio 6, hasta el día de hoy. Me cuentan que, gracias a la oración disminuyeron las peleas y el número de mujeres que se cortaban las venas.
¿El AfroBogotano, – Cuánto tiempo convivió con ellas y qué pasó con su proceso, ¿el que usted califica de falso positivo?
D. P. U, – Déjeme contarle primero que, las cosas maravillosas de la cárcel y de mi vida fue enseñar a leer y a escribir a María Judith, de 62 años, y hoy, me cuentan que, es la mujer que se lee los libros más grandes en el patio 6. Fui profesora de promoción y prevención, de deportes y de clases de baile. siempre encontré algo que hacer y puedo decir que todas las noches en El Pedregal, dormí plenamente, me sostuvo la fe en Dios y saber que era útil para muchas personas.
Al año y dos meses salí por vencimiento de términos y hasta hoy no he tenido ninguna audiencia por obvias razones, la fiscalía no tiene pruebas; solo pienso que quieren quedarse con lo mío porque los negros no tenemos derecho a poseer cierto tipo de calidad de vida y cantidad de tierras en este país.
“Me hace inmensamente feliz viendo a las personas que aprovechan las segundas oportunidades”
Rosa María Ramos, (izquierda) es una de sus grandes y reconocidas amigas de Cartagena. Los detalles para sus hijos adoptivos son eventos sociales de integración en su restaurante / fotos: archivo privado
¿El AfroBogotano, – ¿De esta experiencia qué le puede decir a nuestros lectores?
D. P. U, – Que soy una mujer más integra en lo social y en la solidaridad que tenemos que practicar con quien lo necesita. El concepto de vida se amplió en este evento difícil de mi existir. Para mí, quienes estén a mi lado son familia, al igual que mi mama y mis tres hermanos.
El AfroBogotano, – ¿Usted es creyente?
D. P. U, – Mi preferencia religiosa es creer que hay un ser superior, en mi caso, lo llamo Dios, Jesús y el Espíritu Santo, porque crearon un universo magnífico para que disfrutemos de él en este dulce desafío que es la vida.
“Me Alegro cuando veo a las personas salir adelante, realizar sus sueños, que no se dejan vencer de las circunstancias adversas, sino que transforman y rompen los esquemas para lograr sus objetivos; río cuando los periodistas dan buenas noticias y dan a conocer personajes que crean un mundo positivo, y que inspiran. ”
El AfroBogotano, – ¿Después de lo sucedido, usted cree en la clase política de este país?
D. P. U, – Existen gobernantes que nos rigen, y cada uno con sus intereses. Nos corresponde a nosotros como ciudadanos y con nuestros hijos construir un país desde la base del amor, la honestidad, los valores, los principios y el reencuentro entre seres humanos, y que de la torta que es Colombia podamos comer todos, en los campos y en las ciudades, para cuando esos hijos que parimos y criamos no hagan lo que hacen los políticos de hoy en día.
El AfroBogotano, – ¿En esta pandemia de Covid, ¿cómo se ha reinventado la actividad en el restaurante que le da el sustento, aquí en Medellín?
D. P. U, – Como una gran oportunidad de reinventarse, de que aflore desde nuestros corazones y la inteligencia. Este es un momento especial para relucir lo bueno y ejemplar, y para decirle al país que podemos salir adelante sin hacerle daño a nadie. El Restaurante, es una creación colectiva que nos da tranquilidad al saber que vamos por buen camino. Así no lo dicen nuestros clientes.
¿El AfroBogotano, – Cómo está conformada su familia?
D. P. U, – Tengo tres hijas adoptadas: Marjirx, Marisofi y Maira, Rosiris, quien es una de mis mejores amigas, y un mejor amigo: Tito, que es chef.
¿El AfroBogotano, – Por qué resolvió adoptar a 11 jóvenes a cambio de estar viajando por el mundo, ¿sin ningún contratiempo?
D. P. U, – Lo heredé de mis abuelos maternos, paternos y de mis padres. Además, he vivido en un mundo muy difícil y discriminatorio, pero a la vez en el que todos me han colaborado y me han abierto sus puertas y sus corazones, y lo mínimo, que puedo hacer es dar lo mismo. Recuerdo que, desde la escuela empecé mi adopción porque defendía a los que sentía que eran más vulnerables, y así será hasta el día de mi último suspiro en este mundo.
La disciplina de Marisofía Pinilla, ha sido uno de los valores que han cimentado la entrañable amistad con su ada madrina, Diana Patricia Uribe. Desde su llegada a Medellín, ha construido un palmarés deportivo y profesional que, la han llevado a sitiales destacados y representativos dentro y fuera del departamento de Antioquia. Como ella, son 10 jóvenes que gozan de la filantropía y generosidad de, a la que ellos consideran su madre sustituta.
- Atletismo Universidad de Antioquia y Liga de Atletismo de Antioquia.
- Campeona nacional universitaria en 800, 1500 y relevo 4*400 metros. También Subcampeona en 4*100 (todo lo anterior en Barranquilla 2019)
- Campeona zonal Ascun en 600, 1500, 4*400 y 4*100 Medellín 2019
- Campeona departamental 800 y 1500 Medellín 2019
- Subcampeona 800 metros en el Gran Prix Valle Oro Puro- 2019
- Cuarta en 800 metros en los Juegos Nacionales Cartagena 2019
Fotos: archivo privado
¿El AfroBogotano, – ¿Sus hijos adoptivos quienes son, qué hacen?
D. P. U, – Rosa María, es una mujer servicial, de un espíritu emprendedor que le ayude a fortalecer su personalidad, y hoy día sirve a todos sin mirar a quien.
Jovita que completó 22 años trabajando a mi lado y con mi familia. Admiro su entrega y su devoción.
De Rosiris Medina, admiro su capacidad de disposición, de servir en todo momento las veinticuatro horas, y esa misericordia por todos.
Carlos, Sergio, Johan, Daniela, Tammy, Roxana, Marjirix y Marisofi, todos deportistas de la Liga de Atletismo de Antioquia, son muy respetuosos y juiciosos.
De Marisofi, nuestra modelo y atleta, admiro la disciplina.
De Marjirix la capacidad de cambiar, y de los demás, las ganas de salir adelante y que, se han arriesgado a salir de sus pueblos a buscar una mejor oportunidad para sus vidas
¿El AfroBogotano, – ¿Cuál ha sido la principal observación para que, ellos, sus hijos adoptivos sigan el buen camino?
D. P. U, – No pienso en correcciones, creo, que mi aporte es invitarlos a seguir soñando, a que, crean en ellos mismos, y que hay que luchar por lo que se quiera sin desfallecer o dejar de persistir. Quiero, que ellos realicen sus sueños, que sean ellos mismos y que descubran, que son capaces de llegar hasta donde ellos quieran llegar.
¿El AfroBogotano, – ¿Usted que hace al despertar en la mañana?
Mi primera actividad inicia a las 4 de la madrugada con una oración y meditación: qué tengo que hacer mejor en este día, que cosas tengo que cambiar y poner todo en las manos poderosas de Dios, y a veces hago ejercicio; me ducho, y pal restaurante a cumplir con todas las actividades normales del restaurante, base del sustento de toda mi familia.
¿El AfroBogotano, – ¿Cuál es su personaje de la vida pública y privada?
D. P. U, – Admiro al ex presidente estadounidense, Barack Obama, porque es un personaje inspirador que representa para a la raza negra, porque demuestra a través de la disciplina el estudio, la humildad y constancia, el cómo se den cumplir los sueños, y al mismo tiempo, los de otros. Muchos soñábamos tener un presidente negro y que más inspirador que fuese el presidente de Estados Unidos, la gran potencia mundial
¿El AfroBogotano, Qué la hace vencible y qué la domina en su interior?
No me creo invencible. Llorar es una pérdida de tiempo y de ánimo, hay que imponerse para cambiar las cosas que lo entristecen. Por ejemplo: la falta de compromiso de algunas personas para cambiar su realidad esperando que el Estado u otro les solucione sus problemas, no debiera ocurrir.
Me Alegro cuando veo a las personas salir adelante, realizar sus sueños, que no se dejan vencer de las circunstancias adversas, sino que transforman y rompen los esquemas para lograr sus objetivos; río cuando los periodistas dan buenas noticias y dan a conocer personajes que crean un mundo positivo y que inspiran. Me hace inmensamente feliz viendo a las personas que aprovechan las segundas oportunidades
¿El AfroBogotano, Qué, opina de la gente que lleva la envidia y el rencor en su interior?
Creo que hay que ser amables y cariñosos para mostrar a futurouna mejor versión de la vida.
FIN
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