María Carolina Hoyos Turbay, tenía 17 años y su hermano Miguel Uribe Turbay, tan solo cinco cuando les fue asesinada su madre por un escuadròn de Pablo Escobar.

Carlos Fernando Galán aún no cumplía los quince años cuando a su padre, Luis Carlos Galán, le quitaron la vida con tiros mortales sobre su humanidad, en la plaza principal de Soacha, poco antes de un discurso del político. Fue aquella noche del 18 de agosto de 1989 en la que los colombianos se acostaron con un dolor en el pecho

Ellos, sus hijos, vìctimas de la guerra y aun con el dolor a cuestas se decidieron perdonar a sus victimarios y hacerle un culto a la reconciliación y a la paz en el barrio y colegio que lleva el nombre de la abogada y periodista inmolada. El Diana Turbay, ubicado en la zona sur de Bogotà

En un panel coordinado por la periodista Claudia Palacios y en el que participaron los niños y profesores del colegio y soldados heridos en combate, los hijos de los personajes asesinados, reflexionaron y coincidieron en decirle a los presentes que hay que perdonar para ser cada vez más felices.

El AfroBogotano recogió sus principales reflexiones

“Aquí todos somos víctimas, pero en mí no hay odio porque no quiero trasmitírselo a mis hijos” Sargento Francisco Pedraza, quien perdió sus dos piernas en un terreno minado por la guerrilla

“El perdón es lo que necesita un ser humano para ser feliz”. Y me estoy preparando en la universidad para recibir a los guerrilleros y paramilitares. Compartir con ellos y si necesitan de mis enseñanzas se las daré”, soldado Florián Quintero, quien perdió sus brazos y una pierna en terreno minado por la guerrilla

“No tener odio en el corazón es lo mejor que me ha pasado. Sentí la necesidad de perdonar cuando sentí que mi madre ya no iba a volver. No se perdona de la noche a la mañana.

Sabiendo de los labios de Jhon Jairo Velàsquez Vasquez, alias «Popeye»que Pablo Escobar se preocupó cuando rescataron a mi madre y que se alegró cuando ella desangraba agonizante, aun así los perdoné y, junto con mi hermano Miguel concluimos ese proceso del perdón” María Carolina Hoyos Turbay

Niños y docentes del colegio Diana Turbay participaron del panel del perdón en homenaje a la periodista asesinada hace 25 años/foto:Antonio Sànchez

Niños y docentes del colegio Diana Turbay participaron del panel del perdón en homenaje a la periodista asesinada hace 25 años/foto:Antonio Sànchez

“Hay que tener en cuenta los elementos personales que contribuyan para avanzar en el perdón. Las victimas siempre van a ser blanco de críticas cuando se deciden a perdonar.

En la búsqueda de la verdad, siempre quiero saber aún que fue lo que pasó con la muerte de mi padre.

Cuando hable con el hijo de Pablo Escobar, sentí que algo había cambiado en mí y que estoy avanzando por camino del perdón.

Hay que respetar a la víctima que se decide a buscar el camino del perdón. No nos arrepentimos del encuentro con el hijo de Pablo Escobar. Y a los jóvenes les aconsejo que no hay que vivir en el círculo del odio. Hay que superar ese sentimiento de dolo” Carlos Fernando Galán.

“Siendo niño le reclamé a Dios porque se había llevado a mi mamá. No entendía lo que había pasado. Crecí en una familia que perdona. No crecí con odios. Yo perdí una mama, pero mi abuela perdió a su hija. Ella hizo el duelo por todos nosotros.

Aprendí de mi abuela a perdonar. El perdón de los hombres es hacia adentro. Es lograr vivir sin esos sentimientos de odio y rencor. El odiar no me va a devolver a mi mamá.

Vivir en reconciliación y avanzando por el camino del perdón me permite recordar a mi mamá con mucho amor” Miguel Uribe Turbay

HACE 25 AÑOS

En una amplia sala llena de recuerdos, donde predomina un altar adornado con una foto, una vela, flores y la virgen que tenía Diana Turbay el día de su muerte, empieza este encuentro con doña Nidia Quintero de Balcázar y María Carolina Hoyos Turbay.

En ese espacio, madre e hija de Diana se sientan, abren un viejo pero bien conservado cuaderno y con la lectura de las primeras líneas comienzan a revivir los últimos instantes que rodearon la vida de la periodista, secuestrada por hombres de Pablo Escobar y quien murió hace ya 24 años durante un operativo de rescate del Cuerpo Elite de la Policía, en una finca de Copacabana (Antioquia).

“Cuando llegaron a atacar la casa donde ella se encontraba, Diana sale huyendo con Richard Becerra (el camarógrafo que fue secuestrado con la periodista) y los dos muchachos que los cuidaban. Empezaron a correr por un cerro y, por detrás, los miembros de la Policía que los perseguían, sin saber posiblemente que entre los que huían iba Diana, comenzaron a disparar y fue cuando mi hija cayó herida”, relata doña Nidia.

De ese momento, su mamá aún conserva la ropa, las chanclas que perdió al emprender su huida, la cédula y esa virgen que llevaba en sus manos y que Richard Becerra le entregó el día del entierro por una petición expresa de Diana.

“Mi hija le dijo a Richard: bótese a ese caño y quítese el sombrero para que no le disparen a usted, porque yo me estoy muriendo”, dice. Apartes tomados de El Tiempo.

ASESINARON A GALÁN

Galán resultó herido mortalmente el 18 de agosto de 1989 poco antes de comenzar su discurso en un evento público electoral en Soacha Cundinamarca

Fue llevado con vida y consciente al hospital de Kennedy en Bogotà, donde murió a pesar de los esfuerzos médicos.

En este magnicidio también murió el concejal de Soacha Julio Cèsar Peñaloza Sànches, quien se encontraba al lado derecho de Galán al momento del atentado y quien fue impactado de un disparo mortal en la cabeza. Asimismo, murió Santiago Cuervo, miembro de la escolta de Galán, tercero en recibir los impactos de bala, falleciendo días después.

Inicialmente fueron inculpados por este magnicidio el químico barranquillero de ascendencia libanesa Alberto Jubis Hazbum y otras cuatro personas. Sin embargo, fueron absueltos por la justicia y dejados en libertad después de pasar 42 meses en la cárcel.

Tras declaraciones hechas por el confeso narcotraficante Jhon Jairo Velàsquez Vasquez, alias «Popeye», la Fiscalìa investigó al también político Alberto Santofimio Botero, quien en sentencia de primera instancia que fue apelada, fue declarado autor intelectual y condenado a 24 años de prisión por el magnicidio.

En octubre de 2008 Santofimio fue dejado en libertad, tras permanecer tres años y cuatro meses en prisión, al no encontrarse pruebas contundentes que lo vincularan con el asesinato, según lo determinó el Tribunal Superior de Cundinamarca. Sin embargo, el 31 de agosto de 2011, la Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó su recaptura al revocar el fallo que había anulado la condena original; Santofimio enfrentó una sentencia de 24 años de cárcel por la coautoría intelectual del asesinato de Galán.

El 14 de febrero de 2012 el exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias «Don Berna», declaró ante la Fiscalía que el antiguo jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, Carlos Castaño Gil, fue el determinador del magnicidio. Galán representaría un peligro para ellos en esa época si llegaba a ser presidente de Colombia.

La justicia también investigó la participación de oficiales y suboficiales de la Policía.

Su muerte generó un gran impacto en la población y en el gobierno que, al día siguiente, declaró el estado de sitio y promulgó el decreto 1830 del 19 de agosto de 1989 que autorizaba la extradición por vía administrativa sin necesidad de solicitar permiso a la Corte Suprema de Justicia.