La alegría en familia que disfrutaron los Acandileros con la disputa de clásicos beisboleros en su moderno estadio, se convirtió en tristeza y desolación al ver como se les derrumba el escenario que soñaron/ fotos: Antonio Sánchez.
La inversión de cuatro mil millones de pesos se los está comiendo la manigua, los niños tienen que recorrer las peligrosas aguas del golfo de Urabá para ir a entrenar a tierras lejanas, y mientras los dirigentes se tiran la pelota caliente para eludir responsabilidades, las autoridades no se pellizcan por salvar esta mole que reunió a los mejores deportistas de este deporte en los juegos nacionales de 2015 .
Por Antonio Sánchez y José María Daza.
Cuando los municipios y departamentos colombianos se disputan la realización de los juegos nacionales para que éstos se desarrollen en sus territorios, lo hacen con el firme propósito de generar un impulso en sus economías, mejorar su infraestructura deportiva, y lo más importante, que sus deportistas califiquen para certámenes orbitales. Otros, a través de su disciplina y medallas logradas, ascienden en la vida social y cultural, y se convierten en referentes para nativos y extraños.
En la mayoría de los casos, los jóvenes atletas rompen sus alcancías, hacen bingos, rifas y bazares para conseguir sus iniciales pesitos que les abren las puertas de la competencia.
Contrariamente a la resiliencia y humildad con que los atletas consiguen sus recursos, y éstos son bien aprovechados, algunos mandatarios locales se apropian de ellos, abandonan las obras, y tan grave como adueñarse del presupuesto, no las terminan y se tiran la pelota caliente cuando se les llama a responder por estos tristes hechos.
Así pasó, por ejemplo, en Ibagué y en Quibdó con los recursos que el gobierno de Juan Manuel Santos les entregó para desarrollar los Juegos Nacionales y Paranacionales de 2015.
En el Chocó se entregaron recursos a los municipios de Quibdó, Istmina, Bahía Solano y Acandí.
En el caso de Acandí, quien ocupó nuestra atención, la entidad rectora, Coldeportes, hoy Ministerio del Deporte, le giró a las arcas municipales a través del convenio interadministrativo N° 259 de 2015, la suma de $4.197.980.840. El objeto: la construcción del estadio de béisbol de esa municipalidad.
Lo convenido, que generó la esperanza para miles de niños de esa Colombia profunda y la reivindicación del gobierno nacional para con Acandí, localidad de peloteros, lo firmó el alcalde, Gabriel Olivares.
Causó sorpresa en expertos de la construcción y la contratación, el hecho que La alcaldía de Acandí, con la millonaria suma en los bolsillos, girada por Coldeportes, posteriormente se los trasfiriera a la empresa de servicios públicos de Acandí, Emselca ESP, a través del convenio N°004 de 2015. Entidad, cuyo mayor accionista es la misma alcaldía y quien no tenía experticia dentro de su hoja de vida institucional como constructora de escenarios deportivos.
Como si se tratara de una más de las jugadas de la pelota caliente, donde el corrupto no se quiere dejar ponchar, El AfroBogotano logro establecer que Emselca, con la millonaria suma en su tesorería, buscó a un tercero para que construyera el estadio de béisbol del municipio de Acandí-Chocó. Y para ello se suscribió el contrato N°001 el 8 de mayo de 2015, con la firma Tekton Arquitectura e Ingeniería S. A. S., con sede en Pasto. Lo que se puede ver es un carrusel delegado de los recursos, desde la inspiración del alcalde Olivares. Sin embargo, resultó entendible que la empresa eléctrica buscara una entidad experta en edificación de escenarios deportivos.
La empresa Tekton, que tiene como representante legal al señor Mario Andrés Caicedo, recibió la millonaria suma de $4.012.775.802,96, para que en un plazo de cinco 5 meses le entregara el escenario a los Acandileros y resto del país. Entrega que fue prorrogada en dos otrosíes hasta seis (6) meses y 18 días.
Así fue la fiesta
Historia y vergüenza
Un poco de historia la cuenta el vicepresidente de la liga de béisbol del Chocó, el ingeniero agropecuario Carmelo Negrete, quien conoce esa zona rica en ganado, quesos, playas blancas y de gente emprendedora, así siga sufriendo por la falta del servicio de energía permanente.
Carmelo Negrete.
“Ninguno de los últimos alcaldes se ha interesado por recibir el Estadio, y se está deteriorando. Teníamos la esperanza de que después de los juegos nacionales se pudiera realizar un campeonato profesional con equipos de Panamá y Colombia. El caso de la delegación chocoana fue vergonzoso porque se retiraron sin terminar su participación en el torneo, alegando pago de sus viáticos y honorarios por parte de la Liga regional.
La auditoría
Como resultado de una auditoría realizada por parte de la Contraloría General de la República en 2016, que aún se desconoce por qué no avanzó en las investigaciones, se concluyeron los siguientes hallazgos:
Un reintegro a las cuentas de Coldeportes por $220’350.498.00 equivalente a valores no reconocidos en la ejecución contractual. Además del pago a título de reintegro por $1’486.306.00 por valores no ejecutados en la ejecución contractual, más los rendimientos financieros del Convenio 004 de 2015 suscrito entre el municipio de Acandí y la Empresa de Servicios Públicos de Acandí, Emselca; es decir, el contratista tiene en sus arcas, luego de 7 años, la no despreciable suma de $1.706.656.000 que no ha existido ley que se los haga reintegrar.
El AfroBogotano, conoció que, en la ejecución del contrato se realizaron obras diferentes a las acordadas de manera contractual, como las siguientes:
Las graderías se pactaron en concreto y se ejecutaron unas en acero y aluminio, mientras la cubierta fue anclada a nivel de piso en contravía al diseño original que rezaba su anclaje sobre las columnas.
Así, entonces la Contraloría General de la República, efectuó observaciones determinando que hubo posible detrimento patrimonial por la suma de $146.934.024 porque se ´presentaron daños o deficiencias en las obras ejecutadas y recibidas.
Extrañamente la liquidación del convenio que, a cambio de embellecer el paisaje arquitectónico de Acandí, fue liquidado de manera unilateral por Coldeportes, poco antes de exigir el resarcimiento de los daños.
En diciembre de 2017 la fiscalía general de la nación captura al alcalde y a dos funcionarios de Emselca, implicados en presuntas irregularidades por el manejo de los recursos del estadio de béisbol. A los cinco días de su detención, en la audiencia de imputación de cargos y resolución de medida de aseguramiento, desarrollada en Quibdó, fueron dejados en libertad.
Este nuevo elefante blanco del Chocó, ubicado en Acandí, lo siguen desvalijando y utilizando para encuentros nocturnos de parejas y de drogadictos. Este otro monumento de la corrupción y la desidia se encarama con sus instalaciones convertidas en chatarra en el pedestal de la corrupción. Sus dirigentes, mientras se tiran la pelota y sin querer coger el bate para liderar su restauración, están a una carrera de colgarse la medalla de oro de la apatía y la flojedad.
El Contratista
Indagamos la situación relacionada con el contratista de la obra, la Empresa Tekton Arquitectura e Ingeniería S. A. S, que fue contactada para la ejecución por parte de Emselca.
Diferente a lo glosado por la Contraloría General de la República, en el sentido de haberse ejecutado solamente por la suma de $2.711.674.000, el contratista se defiende:
“Los recursos si se ejecutaron, hasta por la suma de $3.838.193.000 y no por $4.012.775.000, tal y como se puede verificar en las actas de entrega final del contrato que reposan en la empresa Emselca.
Si bien es cierto la Contraloría inicialmente señaló un monto como ejecutado, no tuvo en cuenta que posteriormente se ejecutó la totalidad del contrato tal y como se puede confirmar con las actas anexas recibidas a satisfacción por Emselca y el interventor de la obra.”
La cubierta de la gradería estaba diseñada para ser anclada sobre las columnas en concreto, también es cierto que dicha cubierta en ningún momento contó con un diseño estructural claro.”
Complementa Tekton, que fue limitada la información técnica entregada por parte de la empresa diseñadora del proyecto, en el sentido de haber recibido una planimetría escasa, y que, al momento de realizar la instalación, ésta desbordaba la normativa exigida por la Federación Colombiana de Béisbol.
Un contrato en el limbo.
El contrato suscrito entre Emselca y Tekton, aún no se ha liquidado pese a los múltiples requerimientos hechos a Emselca, recalca la empresa constructora.
Según lo manifestado por Tekton, y realizado el balance general de la obra ejecutada, esta entidad procedió a tramitar la cancelación del saldo adecuado, respecto al valor total de $3.838.163.290.00, al cual se le realizó el balance final de pago una vez descontados anticipo y actas parciales quedando por cancelar un monto de $678.749.000 en favor de Tekton. A este valor se le descontó el monto autorizado por Tekton de $11.658.103.00.
“Pese haberse terminado la obra en su totalidad y a entera satisfacción del contratante, se registra un saldo a favor del contratista de seiscientos sesenta y siete millones noventa mil novecientos pesos con los cuales desde el 2017 no han sido cancelado en favor de nuestra empresa.
Adiciona Tekton, que cumplió a cabalidad la ejecución del proyecto y entregó una obra digna para el municipio de Acandí y su población, y es importante recalcar que el no pago de este saldo ha generado grandes perjuicios a nuestra empresa.
Como se observa, la improvisación en el proceso de cálculo y diseño de la obra, conllevaron a una serie de errores en su construcción; pero más allá del tortuoso paso a paso de la obra que al final se entregó a satisfacción con una gramilla verdosa, encopetadas luminarias, un tablero de conteo, confortables camerinos y cómodas graderías, principalmente, hoy, el desencanto, la rabia, amargura y frustración de los acandileros son los sentimiento que solo se apagarán sí las autoridades de control y justicia ordinaria, reivindican sus derechos y puedan visitar en familia su estadio.
Los damnificados
En este elefante blanco caído y en ruinas depositaban las esperanzas, cientos de niños del Darién chocoano. Hoy, tienen que, en el caso de Capurganá, compartir un terreno que usan como cancha de fútbol en pleno corazón del pueblo, y doblegar esfuerzos y dinero para embarcarse en una lancha para atravesar las alevosas aguas del Golfo de Urabá y poder entrenar y participar en torneos, porque el estadio que un día inauguraron con rimbombancia y lleno de ídolos y futuras estrellas de las grandes ligas, es un nido de aves entre sus latas, de roedores por entre sus tubos y de pestilencia en los camerinos y cafetería.
Aslan Contreras, entrenador
“El béisbol no es apoyado por el municipio ni el departamento. Los gobernantes locales no han tenido el más mínimo sentido de pertenencia y de responsabilidad, están dejando destruir y dañar un estadio con esa millonaria inversión de recursos con que se construyó.
Así la inoperancia administrativa siga reinando en Acandí, seguiré luchando porque mis entrenados para que logren el éxito”.
Héctor Martínez, Concejal de Acandí
“El estadio de béisbol se ha deteriorado y destruido, y extrañamente no se ha entregado a la comunidad. Hay un gran potencial por lo que le pedimos al Ministerio del Deporte que nos ayude con esta obra. Que apoye el deporte especialmente el béisbol.
Darwin Maradona, líder deportivo
“Es un elefante más en este país. No se sabe la situación jurídica del estadio, Acandí es una buena escuela de béisbol y softbol, y los niños no han podido entrenar en su estadio. Ojalá el Ministerio del Deporte se ocupara de ésta situación”
Luis Manuel Castro, Fredy Gamboa, oriundos de Quibdó y el hijo del Chocoano Francisco Rentería, Edgar Rentería, nacido en Barranquilla, son algunos de los legendarios peloteros que llegaron a las grandes ligas y que alimentan el sueño de muchos niños en este departamento.
La alcaldía la sacó del estadio
Las respuestas a las indagaciones para concluir qué sucedió y qué está pasando con el estadio de más de 4 mil millones de pesos, la alcaldía de Acandí, luego de 60 días de haberle solicitado información al respecto, emitió un lacónico comunicado diciendo: «Muy buenas tardes. La actual administración (sic) tiene dicho proceso como una obra inconclusa, ya que no fue recibida por falta de detalles constructivos y demás. La administración municipal y el ministerio del deporte están en consenso para buscar estrategias para darle solución y poder ser recibida dicha obra.»
La respuesta deja de manifiesto las inconsistencias administrativas y sospechas de orden fiscal que las autoridades deberán resolver. Por ejemplo, el hecho de haber liquidado una obra inconclusa de esa magnitud sin haberla recibido. Así lo dicen las firmas del interventor, Emselca y el contratista, sin observaciones ni condiciones.
“La sacó del estadio”, así se refirió un experto consultor, refiriéndose a la conducta de la alcaldía y su empresa de Emselca, cuando conoció esta terna de intereses, de endebles versiones y débiles excusas que siguen empañando la imagen del departamento del Chocó, una de las cunas atléticas del país.
El Ministro por las ramas.
Pese a la insistencia ante el Ministerio del Deporte, con mensaje directo al WhatsApp del titular Ernesto Lucena, fue imposible obtener la información solicitada para complementar este informe y conocer lo actuado por ésta entidad rectora del deporte colombiano
Así las cosas, el Ministro Lucena, debería entregarle respuestas al país sobre cuánto fue el costo total de la construcción del Estadio de Béisbol de Acandí, si se le han inyectado recursos adicionales, qué dependencia o entidad tiene a cargo el manejo del Estadio de Béisbol de Acandí, rebelar las copias de las actas de entrega a satisfacción y liquidación de la obra, si existe o existió un plan de restauración y mantenimiento del estadio, y si hubo irregularidades porque no hizo las denuncias ante los organismos de control . Es decir, ante el silencio ministerial, todo parece indicar que el país perderá la millonaria suma invertida, orquestándose otro fracaso gigantesco en las entrañas del deporte del béisbol.
Mientras tanto, este nuevo elefante blanco del Chocó, ubicado en Acandí, lo siguen desvalijando y utilizando para encuentros nocturnos de parejas y de drogadictos. Este otro monumento de la corrupción y la desidia se encarama con sus instalaciones convertidas en chatarra, en el pedestal de la corrupción. Sus dirigentes, mientras se tiran la pelota y sin querer coger el bate para liderar su restauración, ya se colgaron la medalla de oro de la apatía y la flojedad. Hay quienes coinciden en señalar que la justicia actuó en el caso de los escenarios del Tolima, ¿Y por qué no en Acandí?
Fotos y Videos/ El AfroBogotano, Internet.
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