“Los casi 8.300 millones de pesos que hoy le llegan a la Alcaldía de Quibdó, por concepto del Predial Afro, no serán para tirar cemento. Serán invertidos de manera eficiente en la reactivación del sector agrícola, en las cuencas de los ríos Munguidó, Ichó y Tagachí” Cesar García
Por Wagner Mosquera Palacios
Fotos: Wagner Mosquera y Juan Carlos Blanco
La Crónica Viajera de Wagner Mosquera
A las 8:50 minutos de la de mañana, del sábado 7 de octubre, varios miembros del equipo de campaña del candidato a la alcaldía, César García, ya estábamos listos y pertrechados en una panga rápida que nos llevaría al corregimiento de Tagachí. La lluvia tenue que todavía asomaba sobre La Villa nos obligó a emparapetarnos con algunas capas de motocicleta y uno que otro plástico de polietileno, previsto por el hábil motorista, que ya sabía como se manejaban estos asuntos para la avanzada en estas correrías.
A esa misma hora, el Malecón de Quibdó era un enjambre de viajeros ansiosos, que buscaban a la desesperada un cupo que los llevara en bote, en panga o en alguna lancha rápida amiga, a uno de los muchos pueblos a orillas del río Atrato. Por estos días la actividad de cientos de campañas marca la agenda de los pobladores y, a más de uno, se le ve yendo y viniendo, trayendo una que otra razón de sus viejos y nuevos jefes políticos.
En la lancha, dispuesta para tan solo siete pasajeros, nos acomodamos apretujados un total de 11 viajeros del equipo, cuya misión, más que la de servir de acompañantes, sería la de reconocer y entender un poco más a nuestras comunidades, para, de esta manera, tener las ideas y proyectos claros que nos permitan, a nuestra llegada a la Administración, atender sus viejos reclamos.
“A Tagachí nunca lo hemos visto incluido en los Planes de Desarrollo del municipio. Para Quibdó, nosotros no existimos”, nos decía un nativo en el malecón antes del viaje, y desde ese momento reafirmamos la importancia de nuestra emocionante travesía.

El candidato César García, haciendo entrega de volantes casa a casa por las calles de Tagachí, este sábado 7 de octubre.
Un viejo amigo: el Atrato

Vista aérea parcial del corregimiento de Tagachí.
No solo ancho y caudaloso pasa por Quibdó nuestro majestuoso río Atrato, este se mantiene majo y esbelto a lo largo de todo su cauce, dando abrigo a pueblos y veredas que hoy, más que en el pasado, necesitan de una Administración Municipal que no los mire de reojo y solo se acuerde de su valía cuando llegan las elecciones.

Los miembros de la Unidad por Quibdó, Juan Carlos Blanco, Jader Cuesta y Wagner Mosquera, junto a Cesar García en la lancha que los conduce al corregimiento de Tagachí.
Entonces nuestra lancha toma velocidad saliendo por Calle Quibdó, y en pocos minutos bordamos la margen derecha del río que nos permite hacerle un guiño al ya visitado corregimiento de Barranco. En el mismo, en visita previa, César García, se comprometió a gestionar el muro de contención; poner a funcionar de manera eficiente el Centro de Salud y recuperar parte de su vocación agrícola. Esto último, apalancando en la creación de una institución de carácter agropecuario en la cuenca
del río, que les permita a los jóvenes no tener que irse a vivir a Quibdó y poder terminar su bachillerato.
Ya bajando por la margen izquierda, le hacemos una seña a la acogedora vereda de Purdú, que nos da un impulso para saludar al corregimiento de Las Mercedes, población estratégica para la seguridad alimentaria del municipio de Quibdó y a la que también ayudaremos a recobrar parte de la vocación agrícola. Todo ello, tomando como base la siembra de la caña, que les permitirá reorganizar la economía del pueblo, de la mano de la comercialización de productos, derivados de la reactivación y funcionamiento del trapiche.
Nuestro paso por Las Mercedes le recuerda a César García, que también, desde la Alcaldía, debe poder ayudar a controlar la erosión que se está llevando parte de la cabecera; además, poner a funcionar de manera eficiente el Centro de Salud y lograr, esta vez sí, hacer realidad la conexión telefónica y de internet para todos sus habitantes.
Hasta aquí, nuestro recorrido por el Atrato ha sido un vaivén de emociones, salpicadas por los cambios constantes de lluvia y de sol. En menos de una hora, apretujados en la lancha, nos hemos resguardado de cuatro aguaceros y varias salidas del sol. A las 10:22 ya hemos pasado por las poblaciones de Tanguí, Baudosito, Puné, Beté, Amé y Salazar; sin embargo, todavía nos falta pasar por los poblados de Cauchigadó, Boca de Bebará y Palo Blanco, esta última, población perteneciente al departamento de Antioquia, ya que es jurisdicción del municipio de Vigía del Fuerte. Todo ello previo a la llegada a nuestro gran destino final: el corregimiento de Tagachí.
Tagachí, un pasaje caro lleno de mucho olvido
Resulta que un pasaje desde Quibdó hasta Tagachí puede costar, en una lancha rápida con un motor 100, la bobadita de 130 mil pesos. Pero en un bote corriente con un motor 40, de los que normalmente surcan nuestro río Atrato y que resulta ser el más utilizado por nuestros pobladores, llegar hasta los 50 mil pesos, eso sí, en un viaje lento, muy lento, que normalmente puede tardar de cinco a seis horas. En un momento del viaje, Cesar reflexiona sobre el tema y exclama: “La movilidad de los habitantes del río, debe poder empezar a ser un tema recurrente en las agendas de los próximos gobiernos. No me dejen olvidar del tema”, nos dice de manera enfática a los miembros del equipo.
A las 10:54, Tagachí nos recibe cálidamente, bajo el resplandor de un sol tenue que cobija a varios niños y mujeres lavanderas en el muelle. El río Atrato es vida, y tal vez desgracia cuando inunda la población unas cuatro o cinco veces cada año. En el pueblo, a esa hora de un sábado, se respira aire fresco y un olor delicioso que emana de la leña seca. Tagachí huele a selva y a monte húmedo, pero también a sudor de trabajo duro y a múltiples razones de olvido eterno.
Cesar García, llega dando saludos efusivos a pobladores tímidos, que luego se convertirían en abrazos sinceros llenos de complicidad. No es la primera, ni será la última vez que visite a Tagachí, por estos lados hay gente conocida que le reconocen su labor de muchos años, liderando los vericuetos que posibilitaron la titulación de las tierras colectivas, producto de la Ley 70, por allá en los años 90, y de la que ha sido un conocedor y participe de su implementación muy activo. La misma, que hoy permite que más de 8 mil millones de pesos entren a las arcas del municipio de Quibdó.
“Los casi 8.300 millones de pesos que hoy le llegan a la Alcaldía de Quibdó, por concepto del Predial Afro, no serán para tirar cemento. Serán invertidos de manera eficiente en la reactivación del sector agrícola, en las cuencas de los ríos Munguidó, Ichó y Tagachí”. Diría un Cesar García efusivo más adelante, en su intervención frente a toda la comunidad.
Tagachí, con sabor a pan ayemado
La primera parada técnica en Tagachí, la hicimos en el hogar de, Angelina Palacios Panesso, más conocida como La Chola, una tagachiseña cristiana de 41 años, dueña de la, según ella, mejor panadería del corregimiento. “Los Panelones en Buchadó y los panes en Tagachí, son los mejores de la zona”, nos dice esta para reafirmar su fama de buena panadera.
Angelina tiene 10 hijos, el mayor, de 25 años, los dos últimos, los gemelos de un año, Lucas y Jacobo. Al día elabora entre 80 y 100 panes, que comercializa a un precio de 2.000 y 5.000 pesos. Pero para hacer rodar su emprendimiento, necesita 170 mil pesos con los que compra el bulto de harina, sin contar que también debe comprar los huevos, la manteca, la mantequilla y el aceite. «Y ahí, ya después de eso la fuerza y el amor para que queden bien sabrosos. Porque si usted hace algo sin amor, eso no le queda bien”, nos lo dice con firmeza y con el despliegue sincero de una agradable sonrisa.
De inmediato, Cesar García, prueba los panes de Angelina, para luego dar la directriz de que sus productos sean el refrigerio de los asistentes a la reunión con la comunidad. “Apoyar a las mujeres en sus labores agrícolas y en cada uno de sus emprendimientos, será una obligación y una realidad en nuestra Administración”, le diría luego a uno de los miembros del Consejo Comunitario.
Los tagachiseños sienten que desde la Administración no los escuchan por ningún lado. «Tagachí nunca ha aparecido en el Plan de Desarrollo de Quibdó», nos reitera, Domingo Panesso
A estas alturas de nuestra visita, hablando con los pobladores de Tagachí en sus casas, nos damos cuenta de que muchos creen que fue un error haber elegido a Quibdó como su municipio, en contra de los intereses que auguraban mejor suerte perteneciendo al municipio del Medio Atrato. Los tagachiseños sienten que desde la Administración no los escuchan por ningún lado. «Tagachí nunca ha aparecido en el Plan de Desarrollo de Quibdó», nos reitera, Domingo Panesso, un agricultor de 50 años, trabajador incansable del sector maderero, quien fue nuestro guía y nos ayudó, no solo a recorrer el pueblo, sino también a entender la complejidad de cada uno de sus reclamos.

La imagen de un puente tradicional que sirve como camino en Tagachí, cuando crece el río Atrato e inunda las calles del corregimiento. Angelina Palacios, más conocida como La Chola, la panadera que se robó el corazón del candidato César García. Sus panes fueron la delicia del refrigerio en la reunión con la comunidad y los primos hermanos, Gumercindo Córdoba y Manuel Córdoba, en una sección de peluquería a la vieja usanza, a punta de peine y cuchilla.


La cotidianidad y un hasta luego
Recorriendo puerta a puerta cada una de las casas de Tagachí y visitando cada uno de los sectores de su casco urbano (El Silencio, Calle Caliente, Barrio Boca Grande, Barrio Córdoba y Barrio Nuevo) nos topamos con la sonrisa reluciente, al igual que las ollas de su cocina, de la bella casa de Ana Floria. Pero también llegamos al andén de la casa del señor, Gumercindo Córdoba, un viejo peluquero que, a sus 73 años, todavía le sirve de estilista a su primo hermano, de la misma edad, Manuel Córdoba. Conversamos con el presbítero de la iglesia quien nos ilustró sobre la realidad del corregimiento, y tomamos atenta nota de los llamados de atención de Yurleidis, la joven Trabajadora Social que se preocupa por la suerte de muchos jóvenes.
Algunas de estas personas, luego nos acompañarían en la reunión que realizamos con una centena de pobladores en la sede del Consejo Comunitario, a los que Cesar García les expuso su ambicioso Plan de Gobierno, seguro de que lo recibieron con ilusión, pero, sobre todo, con la férrea convicción de que esta vez, en su Administración, Tagachí no se quedará por fuera del próximo Plan de Desarrollo del municipio de Quibdó.
“Cuando seamos gobierno, a Tagachí debemos poder volver varias veces, hasta que logremos revertir el historial de olvido al que lo han sometido las anteriores administraciones”, diría un Cesar García tocado con la realidad del corregimiento, pero convencido de que pronto estará trabajando desde la alcaldía, para cumplirle sin excusas a sus más de 700 habitantes.

Los pobladores de Tagachí dijeron sí al llamado de Unidad de Cesar García, con una respuesta masiva a la charla para conocer su Programa de Gobierno
Ya eran las 4:36 de la tarde cuando iniciamos el retorno, la lluvia interminable nos siguió acompañando hasta nuestro arribo al malecón de Quibdó a las 6:58 de la noche. Llegamos bien mojados y bastante cansados, pero tranquilos y felices por la respuesta de la gente, que este 29 de octubre, estamos seguros acompañará de manera masiva a la Unidad por Amor a Quibdó, con su líder César García a la cabeza.
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