En ANATO se produjo la noticia de las rutas que la nueva aerolínea de los chocoanos cumplirá y aliviará el bolsillo de los usuarios y los conectará en vuelo ejecutivo a Bahía Solano, Nuquí, Medellín, el Bagre y próximamente a Cali, Juradó, Condoto, Acandí, Capurganá y Cartago/ fotos: Moon Flights
Las 700 empresas expositoras y las 50.000 visitantes que concurrieron a la vitrina turística más importante de América, no solo la consolidan como una megatienda para hacer negocios y exhibiciones hoteleras con sus ofertas turísticas a pedir de boca, sino en la plataforma ferial que aglutinó a más de 20 mil compradores entre nacionales e internacionales.
Una nueva aerolínea surca los cielos chocoanos con sus tarifas a bajo costo que alivia el bolsillo de los usuarios.
Por Antonio Sánchez/ El AfroBogotano
Casi siempre voy a la feria de ANATO, primero, porque siempre y desde muy pequeño mi padre me subió muy temprano a los aviones de Satena, que volaban con los pasajeros sentados encima de la carga y esquivando las goteras que se colaban por entre el fuselaje en pleno vuelo. Y segundo, por el primer contacto que tuve con el mar en Bahía Solano, el avistamiento desde el aire de sus esplendorosas playas y el verde infinito de su selva que casi tocaba con las manos en pleno aterrizaje.
Entonces, ir a la vitrina de ANATO es un cumplido con la memoria y las emociones juntas de aquellos primeros años de bachillerato en Quibdó. También, es irme de viaje por ese Chocó mágico y encantador que muchas veces no lo puedo recorrer por falta de billete y tiempo suficiente. Allá en ANATO, por ejemplo, en uno de sus días me fui para Puerto Rico, el país invitado, luego pasé a Venezuela, Aruba, Cuba, Perú y a la primeriza y encantadora República Dominicana. Fue un paseo que me robó un lapso de dos horas, que no me exigió visa ni pasaporte para conocer sus playas, glamurosos hoteles y un ramillete de senderos, y los insospechados y espectaculares patrimonios arquitectónicos.
Los dos mares del Chocó son un privilegio de la naturaleza que han existido históricamente en el olvido de los agentes del Estado colombiano, esos mismos que se encargan de firmar las millonarias sumas de dinero para construir las autopistas de 4G y filmar las cintas publicitarias de los siempre consentidos destinos cartageneros, sanandresanos, samarios y barranquilleros, solo para mencionar los ubicados frente al mar.
Mi presencia en ANATO, va más allá del placer que me produce el reencuentro con mis amistades; es la oportunidad para hacer un periodismo revelador y contestatario contra quienes persisten en darle la espalda a la tierra de la Selva y los dos Mares y contradecirles a los encargados de mantener en el anonimato esta tierra bendecida por los dioses. Solo basta echarse un viaje por las subregiones del Atrato, Darién, Pacífico, Baudó y San Juan, habitados por gente bellísima y emprendedora que se empeñan en mostrar la riqueza que los rodea y sus mágicos y paradisíacos lugares turísticos como Punta Ardita, Capurganá, Playa Soledad, Punta Wina, Sapzurro, Joví, Aruzí y sus aguas termales; Mumbú en Tadó, Carmen de Atrato y su paisaje de verdes montañas y cafetales; Tutunendo y sus dulces aguas, la cocina tradicional a base de pescado, queso, mariscos, plátano y longaniza.
En mi caminar por entre los pabellones, observé y comparé los 25X2 metros del stand del Chocó con los 50 y hasta 70 metros de otras ciudades y departamentos que ni siquiera tiene uno de los dos océanos que posee el Chocó. Es por eso que los empresarios y promotores turísticos no se quedaron callados ante la tamaña diferencia de la carpa chocoana frente a otras de menor oferta turística. La falta de metros es notoria para ubicar el mobiliario, fijar una amplia pantalla audiovisual, cubículos para exhibir las artesanías, para medios de comunicación y prensa, de bebidas ancestrales, cocadas, dulces y vestuarios típicos de la región, es poco pedir para lo que ofertan los embajadores del turismo y la naturaleza del departamento de los dos mares.
Chocó el irresistible
Los dos mares del Chocó son un privilegio de la naturaleza que ha existido históricamente en el olvido de los agentes del Estado colombiano, esos mismos que se encargan de firmar las millonarias sumas de dinero para construir las autopistas de 4G y filmar las cintas publicitarias de los siempre consentidos destinos cartageneros, San Marta, San Andrés y Barranquilla, solo para mencionar los ubicados frente al mar.
Mi presencia en ANATO, va más allá del placer que el reencuentro me produce; es hacer un periodismo revelador y contestatario contra quienes persisten en darle la espalda a la tierra de la Selva y los dos Mares, es la contradecirles a los encargados de mantener en el anonimato esta tierra bendecida por los dioses. Solo basta echarse un viaje por las subregiones del Atrato, Darién, Pacífico, Baudó y San Juan, habitados por gente bellísima y emprendedora arrinconada cada vez más en su propia riqueza y sus mágicos y paradisíacos lugares turísticos como Punta Ardita, Capurganá, Playa Soledad, Punta Wina, Sapzurro, Joví, Aruzí y sus aguas termales; Mumbú en Tadó, Carmen de Atrato y su paisaje de verdes montañas y cafetales; Tutunendo y sus dulces aguas, la cocina tradicional a base de pescado, queso, mariscos, plátano y longaniza.
Me la gocé y despertó mi orgullo patrio, ver a los jovencitos y jovencitas junto con los experimentadores expositores chocoanos, tratando de convencer a los visitantes de que, en el Chocó, hay sol, playa, pesca artesanal, Surft, senderismo, turismo religioso, tubing, campo para la espiritualidad y agua dulce por montones que caen de las montañas y en la que podemos chapucear en familia. Ese es el Chocó irresistible para quienes valoran su inmensidad natural y biodiversa, y para aquellos que no lo quieren ver ni promover desde los escritorios gubernamentales y desde los medios de comunicación, salvo excepciones que confirman la regla.
Falta más
Si Boyacá, Tolima, Casanare y el Huila, tuvieran los dos mares que tiene el Chocó, otro gallo cantaría; y hace tiempo el vuelco de millonarias mesadas para su promoción y exaltación, estarían al orden del día y en en las arcas de sus presupuestos departamentales.
En mi caminar por entre los pabellones, observé y comparé los 25X2 metros del stand del Chocó con los 50 y hasta 70 metros de otras ciudades y departamentos que ni siquiera tiene uno de los dos océanos que posee el Chocó. Es por eso que, los empresarios y promotores turísticos no se quedaron callados ante la tamaña diferencia del tamaño de la carpa chocoana frente a otras de menor oferta turística. La falta de metros para ubicar el mobiliario, fijar una amplia pantalla audiovisual, cubículos para exhibir las artesanías, bebidas ancestrales, cocadas y vestuarios típicos de la región, es poco pedir para lo que ofertan los embajadores del turismo y la naturaleza del departamento de los dos mares
Esta vez no pude estar en la presentación de los grupos folclóricos porque se me cruzó con otro importantísimo evento en el Congreso de la República: La Universidad Tecnológica del Chocó, Diego Luís Córdoba, fue incluida en un proyecto de ley para erigirla como la primera universidad del país, interétnica, intercultural y biodiversa. Pero supe que agrupaciones de danza y el afamado cantante Tostao, animaron la jornada con los bailes tradicionales de nuestra tierra. La gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, le puso el moño a la fiesta y presencia de los chocoanos con sus aplausos, arengas y coreográficos pasos al mejor estilo sanpachero.
Para entrevistar a nuestros invitados, Alina Castro, una de las fundadoras de la presencia del Chocó en ANATO, y de las acérrimas y sabias impulsadoras de este encuentro de selva y mar que cada año se realiza, nos prestó una de las mesas para realizar las entrevistas de los únicos tres medios regionales presentes en la carpa chocoana: El AfroBogotano, Telepacífico, Piel Canela Radio y la Red Étnica.
Moon Flights en el Chocó
Fontur es la entidad pública encargada de fomentar el desarrollo turístico sostenible del país, cuyo gerente, Álvaro Balcázar, en su visita a los empresarios chocoanos, nos informó que en los próximos días viajará a Quibdó para supervisar las obras del malecón Jairo Varela Martínez y para anunciar la construcción de embarcaderos en varios pueblos del departamento.
Mientras Cristian Cuesta, periodista de Telepacífico, realizaba sus entrevistas, las cuáles compartimos en alianza informativa, los alcaldes de Juradó, Nuquí, Bahía Solano y Acandí, se esforzaban por dar lo mejor de sus poblaciones, enamorar con sus palabras a los presentes, y de vez en cuando, exponer el abandono a que han sido sometidos por parte del Estado colombiano.
Me sorprendió con agrado, ver a al gerente de la empresa aérea Moon Flights, Carlos Alberto Jiménez y a su director comercial, Jorge Casas, promoviendo esta nueva aerolínea que presta sus servicios de pasajeros y carga en los municipios de Quibdó, Bahía Solano y Nuquí y el Bagre Antioquia, teniendo como sede a la ciudad de Medellín.
Conocí a través de su director comercial, y así se lo hice saber a mis lectores, que la nueva aerolínea de los chocoanos les aliviará el bolsillo por sus tarifas económicas en sus trayectos que presta con aviones tipo ejecutivo de 19 pasajeros. Y ante el excelente servicio, el cumplimiento, el bajo costo, la comodidad de sus modernas aeronaves, los turistas y demás viajeros podrán gozar a partir del próximo 23 de abril de la nueva ruta Cartago- Pizarro-Nuquí, Bahía Solano-Quibdó. Abriendo los cielos vallunos y chocoanos para más usuarios en Colombia.
La Cámara de Comercio
La presencia del doctor Harold Vergara, representante de la Cámara de Comercio del Chocó, sirvió para animar a los visitantes e ilustrar y asesorar a los promotores y empresarios turísticos sobre renovaciones de registros mercantiles, afiliaciones, creaciones de empresas, fortalecimiento empresarial y solicitudes de certificados, entre otros trámites
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